En este caso discrepo con la mayoría de vuestras opiniones, quizás movido por la nostalgia o por los buenos momentos que me dejó este juego, pero la verdad que me sorprende algunos comentarios que he leído.
Para mí tiene una serie de puntos a favor que lo hace situarse por encima de los demás de su serie:
- Diseño de escenarios, variedad ante todo, de la simpleza de Moo Moo Farm a las caóticas carreras en el circuito de Toad, pasando por el complejo Castillo de Bowser y la angustiosa (por sus continuas caídas) fase fantasmal.
- Objetos. En su justa medida y de forma equilibrada. Compensado de forma deliciosa cada carrera.
- Salto, elemento jugable que daba más variedad y diversión a las ya entretenidas carreras, o nadie recuerda como se intentaba tomar el atajo en Wario Stadium.
- Multijugador. Modo batalla rulez.
Por eso sigo pensando a día de hoy, y habiendome pasado todo los Mario Karts exeptuando el Super Circuit, que la entrega para Nintendo 64 corona el podio dentro de esta saga.
The day is my enemy, the night my friend.