Si hace unos días nos quejábamos de que últimamente apenas se lanzan arcades de conducción, imaginaos el pesar que sufrimos desde hace años los que amamos los plataformas en tres dimensiones. Por diferentes y variados motivos, a veces hay géneros que dejan de estar de moda, y aunque gracias a la escena independiente hemos podido disfrutar de un montón de plataformas en 2D en los últimos años, los saltos tridimensionales prácticamente han desaparecido, porque hacen falta unos recursos considerables para desarrollarlos, y las grandes compañías no parecen estar muy por la labor.
Por fortuna varios exempleados de Rare tuvieron la idea hace unos años de juntarse y recuperar el género, y más en concreto traer de vuelta el espíritu de Banjo-Kazooie y Banjo-Tooie de Nintendo 64, ya que Yooka-Laylee se puede considerar sin lugar a dudas un sucesor espiritual, que replica su fórmula casi a pies juntillas.
Playtonic Games decidieron financiar el juego a través de Kickstarter, y su campaña de micromecenazgo se convirtió en un tremendo éxito, con 73.206 personas aportando más de 2 millones de libras. Este fue un mensaje claro por parte de la comunidad: había hambre de plataformas en 3D, y Yooka-Laylee venía con la intención de saciar esa carencia.
Ya hemos podido jugar las primeras horas de la aventura, y antes de entrar en detalles de lo que nos está pareciendo, tenemos que dejar claro lo más importante: Yooka-Laylee es exactamente lo que habían prometido. Sin duda el objetivo principal que debería de cumplir cualquier juego financiado por la comunidad, ofrecer el producto por el que la gente ha puesto su dinero.
La estructura de la aventura y su diseño es totalmente clásico, a los pocos minutos jugando te vienen a la memoria todos aquellos plataformas en 3D para Nintendo 64 y PlayStation que disfrutamos a finales de los 90. Pero como era evidente, si a un juego se parece es a Banjo-Kazooie, y no solo en su fórmula jugable, sino también en el tono, y en ese peculiar humor que destilan todos los diálogos.
Como es habitual los primeros minutos son de tutorial para explicarnos la estructura del juego, que es muy sencilla de entender. Tenemos un mundo central, y desde él podemos acceder al resto de niveles, mediante las páginas perdidas de un libro mágico, las pagies. Tenemos que conseguir estos objetos para desbloquear nuevos mundos, para ampliar los ya existentes, y también tenemos que recoger las plumas (200 en cada mundo), con las que obtenemos nuevas acciones y poderes, necesarias para resolver todas las situaciones que nos plantean.
Los saltos son la base de la jugabilidad, pero también los puzles y acertijos, la exploración, carreras contrarreloj, minijuegos y todo tipo de desafíos, en un juego que siempre intenta ser lo más variado posible. Al llegar al primer mundo nos encontramos con un montón de situaciones que no podemos superar, y pronto nos daremos cuenta de lo importante que es desbloquear nuevas acciones, para poder acceder a ciertas zonas o resolver algunos rompecabezas de que de otra manera no sería posible.
Así, una vez lleguemos al mundo dos, y hayamos conseguido nuevas habilidades, tocará volver al primero, y así conseguir todas esas páginas del libro que antes no era posible. Como era habitual en este tipo de juegos, es muy adictivo intentar conseguirlo todo, y completarlo al 100%, y en eso Yooka-Laylee no decepciona.
Es clásico hasta las últimas consecuencias, y si en el recientemente aclamado The Legend of Zelda: Breath of the Wild hemos agradecido que no nos lleven todo el rato de la mano con mil y un marcadores, aquí ocurre lo mismo, no hay indicativos de objetivo, y ni siquiera hay mapas, es el jugador con su memoria y capacidad de observación el que se tiene que guiar por los escenarios, que son amplios, pero no giganstecos.
La estructura del juego nos encanta, y funciona como un reloj, y el control, algo muy importante en un plataformas como este, hay que dejar claro que es correcto, aunque no brillante. Tampoco lo era en casi ninguno de aquellos primeros plataformas en 3D si los jugamos ahora, pero los estándares de calidad en lo que a controles y animaciones se refiere han subido mucho en los últimos años, y el control de Yooka-Laylee no se siente tan pulido como el de una gran producción, sobre todo en acciones y movimientos muy concretos, que llegan a ser un poco imprecisos.
En cualquier caso, es lo suficientemente correcto como para disfrutar del juego sin mayores problemas, y donde sí hemos visto claramente un punto débil es en la cámara que sigue la acción, que deja mucho que desear. Esta es demasiado revoltosa, en muchas ocasiones intenta recolocarse y situarse de maneras concretas para ayudar al jugador, y casi siempre lo que consigue es todo lo contrario, y molesta más que ayuda.
Nos hemos peleado demasiado con la cámara en estas primeras horas, y es una pena porque es algo en lo que también fallaban muchos plataformas de los 90, y no deja de ser curioso que en pleno 2017 se siga arrastrando semejante error. Dependiendo de lo tolerante que seas con las cámaras deficientes, esto será un problema menor o uno muy grave.
Es en estos detalles, como en el apartado técnico en general, cuando se deja notar que estamos ante una producción modesta, que ha contado con un equipo de desarrollo bastante pequeño. Eso no impide que sea un juego bonito y resultón, gracias a su colorido y el acertado diseño de personajes, aunque se echa en falta una mayor interacción con los escenarios y que estos sean más detallados. Por ejemplo, resulta raro golpear arbustos y otras plantas y que estos no se mueven un milímetro, dando la sensación de movernos por un decorado, pero no por unos entornos realmente vivos.
La banda sonora, con tres ex de Rare como Grant Kirkhope, David Wise y Steve Burke, es simplemente genial como podíamos esperar, así como los efectos de sonido, muy simpáticos, que suplen con ruiditos la ausencia de voces en los diálogos, al igual que ocurría en Banjo-Kazooie.
Justo lo que esperábamos
Aunque tiene algunas carencias que se podían haber suplido con unos mayores valores de producción, y que denotan que es una producción pequeña, sus virtudes se anteponen a sus defectos, y si disfrutaste de los plataformas en 3D de hace más de 15 años, y echabas de menos este género, seguro que te lo vas a pasar en grande con Yooka-Laylee. Es un juego entretenidísimo, de un género que no entendemos por qué se han olvidado, y esperamos que títulos como este, o el esperado Super Mario Odyssey, supongan un empujón para que las compañías vuelvan a apostar por este tipo de juegos.
Yooka-Laylee se pondrá a la venta el 11 de abril para PS4, Xbox One y PC, y más adelante también llegará a Nintendo Switch.
Hemos escrito estas impresiones con un código de la versión final de PS4 que nos ha proporcionado Team 17.
