La mascota de los franceses Ubisoft se estrenó en septiembre de 1995 en PlayStation y Atari Jaguar con un divertido plataformas en dos dimensiones de la vieja escuela, que es recordado por muchos por su elevada dificultad. Al año siguiente también llegaría a Sega Saturn y a PC, y años después a Game Boy Color y Game Boy Advance, aunque en su secuela, Rayman 2: The Great Escape de 1999, para Nintendo 64 y múltiples sistemas, daría el salto a las tres dimensiones y los polígonos para no abandonarlos hasta ahora. Rayman 3: Hoodlum Havoc de 2003 fue el último juego de plataformas de la saga, ya que la que iba a ser la cuarta parte terminó convertida en Rayman Raving Rabbids, una recopilación de minijuegos protagonizada por los simpáticos y traviesos conejos que han creado su propia saga incluso desprendiéndose del nombre de Rayman.
Tanto por el original, un buen plataformas en 2D, como por la segunda parte, una sobresaliente aventura en tres dimensiones, y la tercera entrega, un título notable que pasó algo desapercibido, los amantes de los plataformas llevamos años esperando el regreso del personaje creado por Michel Ancel. Y fue en el E3 del pasado año cuando recibimos con alegría la noticia de que la saga volvería con Rayman Origins, retornando a las dos dimensiones, con el padre de la criatura dirigiendo el proyecto junto a otras cuatro personas, en una obra muy personal y cuidada. Planificado en un principio como un título dividido en episodios para ser distribuido por las plataformas digitales de descarga, finalmente se anunció que llegaría este 2011 en formato físico. Ahora a un mes y medio de su lanzamiento hemos tenido acceso a una completa beta que hemos podido jugar a fondo, y de la que os vamos a transmitir la inmejorable impresión que nos ha causado.
Lo primero que llama la atención por supuesto son sus gráficos, gracias al motor UbiArt Framework. Una herramienta que permite a los artistas crear y diseñar contenidos para luego pasarlos fácilmente a un entorno interactivo, dedicando más tiempo y esfuerzos al propio arte que ha preocuparse de otros aspectos técnicos. Un motor gráfico que incluso ha recibido una subvención del gobierno francés por parte del ministerio de cultura apoyando el desarrollo de herramientas para la creación del arte, y del que uno de sus responsables, Michel Ancel, ha declarado que quiere compartir con todo el mundo para que evolucione y ver qué se puede crear con él. Optimizado para altas resoluciones -1080p- y 60 fotogramas por segundo, nos quitamos el sombrero ante los resultados que se han conseguido con él en este juego.
Habréis visto vídeos e imágenes, os parecerá más o menos bonito, pero hay que verlo en directo para apreciar la belleza de los gráficos de Rayman Origins. Al comienzo de esta generación de consolas que está empezando a languidecer, muchos nos preguntamos cómo sería un buen juego en dos dimensiones que dejará de lado los polígonos, apostando por gráficos dibujados a mano, que imaginábamos se podría ver de escándalo gracias sobre todo a las nuevas altas resoluciones. Algunos lo han intentado con más o menos fortuna, pero han tenido que pasar casi cinco años para asombrarnos de los resultados que se pueden obtener, viendo por momentos casi más que dibujos animados interactivos, arte conceptual o ilustraciones en movimiento.
Y sí, este título entra por los ojos y ya se hace apetecible desde el primer vistazo, pero lo que todavía es más importante es comprobar cuando pones tus manos sobre el mando cómo jugablemente es una delicia, intuitivo, preciso y muy, muy divertido. El título le viene que ni pintado, ya que se trata de toda una vuelta a los orígenes apostando por las plataformas en 2D, con personajes de toda la saga, aunque lleno de guiños y detalles de la primera entrega, en una historia –anecdótica- que se sitúa como la primera de toda la serie. Ya desde la genial introducción, y sin usar ni una sola palabra ni texto, nos introducen en su simpático, cómico y desenfadado contexto, en un juego que derrocha humor y colorido por todos sus poros.
Tan sencillos son los controles que ni siquiera necesitamos de un tutorial o de explicación alguna para controlar al personaje sin problemas desde el primer momento. Con un botón saltamos y con cualquiera de los dos gatillos corremos. Ya en la primera pantalla conseguimos la habilidad de golpear, pulsando el botón repetidamente realizamos un pequeño combo, y si lo dejamos apretado lo recargamos, realizando un golpe especialmente fuerte. Si saltamos y pulsamos el botón de golpear más la dirección hacia abajo, caeremos en picado hacia el suelo, algo que viene muy bien para acabar con los enemigos o romper partes del escenario, y no será hasta el segundo mundo cuando consigamos la habilidad de planear, dejando pulsado en el aire el botón de salto. Podemos rebotar contra las paredes, agarrarnos a los salientes, y el control resulta tan preciso, agradable y fiable que nos parece perfecto.
Tenemos que ir superando fases de izquierda a derecha esquivando y saltando todo tipo de obstáculos mientras recogemos lums, esos bichitos voladores amarillos. Con un toque moriremos, aunque podemos coger unos corazones que nos dan una segunda oportunidad, teniendo dos toques. En caso de morir volvemos al último punto de control, marcados por unas puertas que dividen las fases en secciones, ya que no contamos con vidas, y nos pueden matar infinitas veces. No hay puzles ni otros añadidos demasiado complejos, siendo un plataformas puro y muy honesto, ágil y muy dinámico.
Al finalizar una fase liberamos de su cautiverio a un grupo de electoons, unas criaturitas rosas que según el juego "son la poderosa sustancia de la que se alimentan los sueños". Reunir la mayor cantidad de estos será nuestro principal objetivo para seguir avanzando, ya que necesitamos cierta cantidad para acceder a un nuevo mundo, o desbloquear algunas fases, así como más personajes. Aunque siempre se consigue un electoon al completar un nivel, toda las pantallas tienen al menos un mínimo de tres a seis para conseguir. Cuando superamos una fase, nos hacen un recuento de todos los looms que hemos recogido, y si superan por ejemplo 150, nos darán un electoon, si conseguimos más de 300, nos darán otro, y si llegamos a tener 350, lo que sería hacer la partida "perfecta", nos premiarán con una medalla de oro, aunque no un nuevo electoon.
No solo se consiguen estas criaturas al pasar un fase o conseguir un número de looms, también hay electoons escondidos dentro de los niveles. Ocultos tras la vegetación y otros elementos, y en lugares aparentemente inaccesibles o más difíciles de encontrar, nos topamos con unas puertas que si cruzamos nos dan acceso a una sala. En esta hay que acabar con una serie de enemigos para poder abrir el cofre y encontrar un nuevo electoon. Estos momentos nos recuerdan a la salas secretas del reciente Donkey Kong Country Returns, y hay que patearse los escenarios con cuidado y estando muy atentos para encontrarlas.
Además también hay en todos los niveles un electoon que se consigue superando la fase en modo contrarreloj superando un tiempo. Es aquí cuando nos damos cuenta de lo bien diseñados que están los niveles y de cómo se pueden superar a toda pastilla estando todos los saltos medidos al milímetro para que nos podamos pasar una pantalla sin pararnos ni un momento. Conseguir el electoon contrarreloj no es demasiado complicado, pero sí lo será hacerse con la copa, ya que nos piden un tiempo mucho más exigente.
Por tanto aunque el juego hasta donde hemos jugado no es demasiado difícil, al menos a la hora de superar sus fases, sí que incluye diferentes capas de profundidad y dificultad, a la hora de hacernos con la mayor cantidad posible de looms, encontrar las salas con los electoon ocultos, o superar los retos contrarreloj, por lo que desde un jugar novato a uno experimentado tendrá un reto a su altura y se lo pasará bien. Por ejemplo hacerse con todos los looms de un nivel no es solo ir con cuidado y pausa mirando por todas partes, también nos exige un poco de nervio, ya que hay unos looms gigantes que cuando los cogemos convierten durante unos segundos -y mientras suena una simpática cancioncilla- al resto de looms en rojos, teniendo el doble de valor.
Esto lo tendremos que aprovechar para darnos prisa y coger todos los posibles durante este tiempo, y son momentos de plataformas muy bien medidos y en los que tenemos que ser muy precisos. A los enemigos por ejemplo cuando los golpeamos los convertimos en una burbuja, y si los volvemos a atizar conseguiremos un loom extra. Hay plataformas de todo tipo, ríos de agua que nos hacen bajar a toda velocidad, veloces rampas de hielo por las que deslizarnos, elementos que se pueden destruir, y pese a ser un plataformas todo el rato, se las apaña para no caer nunca en la monotonía ni el aburrimiento.
Hay además al final de los mundos una fase en la que a bordo de un mosquito el juego se convierte en un matamarcianos muy ameno y que aporta un toque de variedad y frescura al conjunto. También en cada mundo hay unas fases bloqueadas a las que solo tendremos acceso cuando consigamos un número concreto de electoon, y consisten en correr a toda prisa tras un cofre con patas, y tendremos que hacerlo todo perfecto y no fallar nunca ya que el scroll horizontal avanza a toda prisa. Un total de 66 fases en 7 mundos diferentes, con 246 electoons para conseguir, por lo que tendremos juego para rato. Pero si como plataformas para un jugador ya resulta sobresaliente, es a la hora de jugar en multijugador hasta para cuatro jugadores cuando la diversión se dispara más todavía. Cada uno de los jugadores puede ser Rayman, Globox o dos tipos de diminutos, y según avanzamos vamos desbloqueando distintas apariencias, con otros colores y aspectos. Aunque con los cuatro tipos de personaje se juega igual, sus sonidos y animaciones son distintas, todas muy simpáticas, la manera de golpear es diferente, y todos son tan graciosos que nos costará elegir.
El desarrollo es exactamente el mismo jugando solos que acompañados, y para que lo entendáis perfectamente, su multijugador es igualito al de New Super Mario Bros. Wii. Vamos avanzando por las fases en tropa, con cuidado –o no- ya que nos podemos golpear entre nosotros, y si alguno muere se convertirá en una esfera que puede desplazar por toda la pantalla, que si es golpeada por otro compañero volverá a la vida, por lo que el juego se vuelve mucho más fácil, ya que casi siempre alguien nos podrá revivir, sin necesidad de tener que volver al último punto de control. La cámara se adapta muy bien modificando el zoom para mantener todo el tiempo posible a todos los personajes en pantalla, y si alguno se queda muy rezagado, lo "vaporiza" trasladándole a la posición del jugador más adelantado. Además y lo que es una gozada, en cualquier momento un jugador se puede unir a la partida simplemente pulsando un botón, sin necesidad de iniciar sesión y hacer nada, solo teniendo el mando conectado. Aunque superar las fases es cooperativo, cuando terminamos una vemos un recuento de cuántos looms ha recogido cada jugador, por lo que el pique está garantizado.
Un genial plataformas de la vieja escuela
Rayman Origins nos ha gustado muchísimo y nos parece una gran y grata sorpresa. Desde sus gráficos, que son como ver ilustraciones dibujadas a mano en movimiento, con unas animaciones de los personajes excelentes, en escenarios llenos de colorido, detalle y con diferentes planos de profundidad, jugando incluso con la luz, con un acertado y cuidado diseño artístico. Y su jugabilidad, precisa, sencilla y siempre divertida, con la posibilidad de un multijugador hasta para cuatro jugadores integrado de manera perfecta con la experiencia para un solo jugador. Vuelve esta saga por todo lo alto y apuntando a un auténtico imprescindible para los amantes de los plataformas, que tenemos varios motivos para estar de enhorabuena estas Navidades.
Tres juegazos de la talla de Sonic Generations, Super Mario 3D Land y este Rayman Origins, tres de las sagas de plataformas más importantes que vamos a poder disfrutar en su mejor estado de forma. Llegará el 24 de noviembre para PlayStation 3, Xbox 360 y Wii, con una versión prevista para Nintendo 3DS sin fecha confirmada, y otra el año que viene acompañando al lanzamiento europeo de PlayStation Vita, y tras nuestras primeras horas jugando con él, huele a que se convertirá en un clásico del género. Bienvenido de nuevo Rayman.
