Recientemente os ofrecimos unas impresiones sobre Resident Evil 5, en las que os hablábamos, sobre todo, de los primeros compases del juego, y cómo se ha estado plasmando la jugabilidad. En esta ocasión vamos a centrarnos en algunos elementos adicionales del desarrollo de la historia en estos primeros pasos de la misma y en los momentos en los que se nos ofrece otro tipo de acción.
A estas alturas de contacto con el juego, la verdad es que ya nos hemos hecho por completo con el sistema de control. Como ya os contamos, se nos van a dar cuatro opciones, aunque las diferencias entre ellas son mínimas, y realmente lo que nos interesa es saber si preferimos usar una única palanca analógica (un control clónico de la versión para GameCube y PS2 de Resident Evil 4) o con dos palancas, donde la cosa es un poco más dinámica (y el control por defecto, al menos en esta versión preliminar).
Es una cuestión peliaguda, y el juego va a ser muy posiblemente criticado en este sentido, ya que, una vez más, no nos podemos mover y disparar. Sin embargo, lo que nos resultaba extraño al principio no era eso, sino el hecho de tener una configuración de doble palanca, que invita claramente a ese dinamismo, y que no se nos ofrezca. Ahora podemos decir que nos hemos acostumbrado plenamente a ese control, y que responde muy bien para lo que han planteado en Capcom que es, grosso modo, un Resident Evil 4 con más de todo. En cualquier caso, lo cierto es que nos hemos ido haciendo con el control, ya no nos resulta extraño ni anómalo, pero creemos que pondrá de los nervios a más de uno. Claro que, por otro lado, ahí sigue estando parte de la gracia en esta saga.
Según progresamos, hemos visto cómo la curva de dificultad está bien planteada, y los enemigos grandes van ganando en presencia y estrategia. Si en el primer capítulo nos enfrentamos a hordas de enemigos y luego a un bicho con el que hay que usar los elementos del escenario para atraparlo y acabar con él en colaboración con nuestra compañera, Sheva, ahora hemos visto seres más contundentes. Nos gustaría destacar la presencia de uno de esos encantadores bichos gigantes mutados al que tendremos que atontar con bombas de proximidad y luego atacar por la espalda, algo que funcionará mucho mejor también en equipo y, sobre todo, la horrible criatura marina que cierra el tercer capítulo, que es, todo sea dicho, bastante duro.
Por el camino nos habremos encontrado con otros enemigos intermedios, y en este sentido vamos a hablar del regreso de un viejo conocido: El Gigante. Nuestro amigo enorme y deforme de Resident Evil 4 vuelve a aparecer en esta entrega, pero no nos enfrentamos a él a pie, sino de una forma completamente diferente, que es de lo que queríamos hablar.
Como decíamos, vamos a comentar algunos de los momentos donde Resident Evil 5 da paso a otro tipo de jugabilidad, y es que llegado el momento, tras una dura secuencia de resistencia con un fuerte asedio por enemigos de todo tipo, habrá que escapar de la zona en coche. En el vehículo, de corte militar, Chris y Sheva irán con unas torretas (y munición ilimitada, aunque habrá que tener cuidado para evitar que se sobrecalienten) mientras conduce un tercer personaje, Josh, viejo conocido de Sheva. Como es de esperar, y de manera similar a lo que hemos visto en algunos juegos como diversas entregas de Call of Duty, o Metal Gear Solid, seremos atacados por enemigos desde varios flancos.
Es un momento de gran acción, con un ritmo muy intenso, en el que hay que evitar ser destruidos y, en ocasiones, abrir camino. Nos recuerda en cierta manera a los paseos con vagoneta (o el camión conducido por Ashley) de Resident Evil 4, no nos vamos a engañar, pero el cambio de ambientación, el estar en la sabana y ver cómo cae la noche lo convierte en una experiencia interesante, que tiene importantes rasgos diferentes derivados de que los enemigos están en una zona más abierta, y se acercan en moto, camión, etc. Y sobre todo, el contar con munición ilimitada, que es lo que definitivamente le imprime un carácter diferente.
Y es así como llegamos a El Gigante, al que nos vamos a enfrentar desde la torreta del coche, aunque ya inmóviles. El planteamiento, por tanto, es diferente al que había que llevar a cabo en la anterior entrega de esta serie, aunque los que la jugaron tendrán algunas pistas sobre cuáles son sus puntos débiles. Además, es en combates como éste donde se hacen más presentes los elementos en los que hay que pulsar secuencias de botones indicadas en pantalla, que apenas aparecerán (al menos, poca presencia tienen esta versión) en las escenas de juego, o en momentos independientes.
Un ejemplo de pulsar los botones en pantalla fuera de las luchas contra jefes finales para evitar algunos de sus ataques se da en un momento en el que hay que superar una zona con agua en una balsa. Hay que eliminar a los enemigos, activar unos interruptores, pero ir de un lado a otro en la balsa para abrir el último puente, con un ligero inconveniente: hay un cocodrilo de tamaño familiar. Para evitar sus ataques y que nos mate de un bocado, hay que pulsar los gatillos cuando se nos indica en pantalla.
Del mismo modo, el espectro del juego se amplía rápidamente. Si en los primeros capítulos las zonas son variadas, pero nos recordaban a los clásicos pasillos de la serie, según nos movemos y avanzamos la cosa va cambiando. No sólo cogemos un hovercraft para adentrarnos en una zona más profunda y "étnica", sino que vamos llegando a otro tipo de entornos, como una industrializada zona petrolífera y, finalmente, al mar. Todo ello persiguiendo al tipo que, creemos, está detrás de estas Plagas.
Además, a través de los documentos que encontramos, la historia va volviéndose más macabra en ese tercer capítulo, cuando descubrimos los experimentos con estos nuevos tipos de Plagas, el ansia militar por su poder, y las investigaciones sobre niños y mujeres. En este sentido, Resident Evil 5 ofrece –para quienes quieran leer esos documentos contextualizadores- una historia que promete tener mucho más chicha. Por supuesto, eso se hace sin interferir en la acción, y quien quiera podrá jugarlo de cabo a rabo con tan sólo ver sus secuencias y sin tener que leer nada, pero quien lo haga podrán profundizar en la mitología que se está construyendo en esta era "post Umbrella" donde su tecnología y la amenaza de las Plagas está en manos del mejor postor.
Es ahí también por donde se van a desarrollar muchas de las historias y giros del guion, del que no vamos a hablar. Pero la sorpresa, la traición y el misterio van a ser la tónica en una historia que, sin ser una maravilla, cumplirá con los requisitos para hacernos avanzar en la acción al tiempo que es un importante incentivo para todos los aficionados a esta saga.
No podemos olvidarnos en esta, por el momento, última aproximación al juego en su estado actual, de las armas y otros elementos relacionados. Decíamos hace unas semanas que no había problemas con la munición, pero es algo en lo que debemos rectificar. Hay momentos en los que se nos somete a auténticas pruebas de resistencia. Si sabemos aprovechar el entorno (disparar a las rodillas para que los enemigos caigan por barrancos o desde gran altura, reventar barriles explosivos, etc.) ahorraremos algo de munición, pero lo cierto es que después no siempre vamos a tener un momento de asueto para acumular munición, sino más bien al contrario. No es una situación insuperable, como sucedía en las primeras entregas, pero parece estar mucho mejor ajustado en este sentido que RE4.
Además, hay un elemento a tener en cuenta y es, claro, Sheva. Por defecto, Sheva va en modo "cubrir", una actitud que es agresiva pero no en exceso, con tendencia a ser conservadora. pero en momentos duros conviene ponerla en modo agresivo, y ahí Sheva va a fundir munición a tutiplén e incluso llevará la iniciativa en muchas ocasiones. Es importante saber aprovechar esos dos comportamientos, pero hay que tener en cuenta que es posible que se quede sin munición, y no siempre cogerá más. Así, por ejemplo, hay que tener cuidado y evitar que sus huecos para guardar equipamiento se llenen con granadas (no hemos visto que las use) o hierbas medicinales, pues puede requerir un tiempo cruzacial reorganizar lo que llevan Chris y Sheva para conseguir que ella tenga espacio para coger munición.
Por tanto, en los momentos de acción, Sheva se convierte en una gran ayuda. Como ejemplo, cuando salimos de la planta petrolífera, nos vamos a encontrar con una escena de huida, no muy ajustada en cuanto al tiempo, pero que va a contar con la presencia de múltiples enemigos atacándonos por rondas. Si en esa situación hacemos que Sheva sea más agresiva, eliminará a más enemigos y ahorraremos tiempo, y su comportamiento más directo servirá, también, para eliminar a los de mayor resistencia en menor tiempo.
Así pues, hemos visto algunos elementos adicionales de la jugabilidad de Resident Evil 5, junto a algunas claves de lo que hemos presenciado en esta parte del juego que, como os habíamos dicho, culmina en una espectacular lucha contra un monstruo marino que bien vale la pena que descubráis por vosotros mismos. Hemos recorrido entornos variados, hemos experimentado con las diferentes armas, y visto las reacciones de nuestra compañera, así como disfrutado del multijugador. Y todo eso nos pone los dientes largos de cara a la versión finalizada del regreso de Chris Redfield. En un par de meses estará en las tiendas.
