Para acabar jugamos al multijugador competitivo, el modo estrella, Asedio, que tiene dos modalidades que hacen que la experiencia cambie sutilmente. En Desarme de bombas hay dos explosivos en el escenario, y cuando te toca defender no sabes cuál de las dos bombas va a atacar el otro equipo, por lo que es más difícil defender y atrincherarse, crear una zona seguro. En Rescate de rehén el objetivo está claro, y cuando defiendes sabes mejor qué zona tienes que proteger, lo que tampoco quiere decir que sea precisamente fácil. Nunca hay una estrategia definitiva y ganadora, y cualquier defensa que hayamos establecido siempre tendrá algún punto débil que podrá aprovechar el equipo rival. Por ejemplo alguien puede pensar que lo mejor es atrincherarse en una habitación junto al rehén, pero pronto descubrirás que es una estrategia equivocada, y siempre tienes que dejar alguna vía de escape por si caes en una emboscada.

En total hay 20 agentes diferentes, diez atacantes y diez defensores, cada uno con sus propias armas y equipo, y además estos no pueden estar repetidos en un mismo equipo, por lo que es importante elegir bien. Estos se dividen en cinco funciones principales: los de vanguardia, que tienen que abrirse paso protegiéndose con escudos, perfectos para atravesar los embudos o cuellos de botella que hayan creado los defensores. Los demoledores son los personajes especializados en abrir puntos de entrada con explosivos o con un martillo, ya que uno de los elementos más diferenciadores de este juego respecto a otros títulos de acción multijugador es la destrucción de los escenarios, que es una auténtica pasada.
A base de jugar y explorar los mapas iremos aprendiendo qué superficies se rompen y cuáles no, y de qué manera, ya que hay muros y techos que no podemos tirar por completo y usar como vía de acceso, pero sí que nos abren líneas de visión a través de las vigas que podemos aprovechar para disparar o lanzar una granada. Los tramperos son los expertos en colocar todo tipo de trampas por el escenario para sorprender al enemigo, como minas. Los bloqueadores neutralizan armas y herramientas y en el caso de los defensores pueden colocar barreras metálicas. Por último tenemos los de apoyo, que informan a sus compañeros de la situación de los enemigos, proporcionan blindaje adicional, e incluso pueden reanimar a distancia con una pistola.
Hay que tener en cuenta que cada uno de los agentes tiene una estadística de blindaje y velocidad, evidentemente a mayor blindaje serás más lento, y viceversa. Cada uno cuenta con sus propias armas y habilidades, y aunque hay cierta personalización y podemos desbloquear nuevas armas y accesorios para cada agente, tampoco nos permiten modificar el equipo con mucha libertad, ya que sino "romperíamos" las clases y con ello el equilibrio del juego.

En todas las partidas que jugamos nunca notamos un desequilibrio, no es más difícil defender o atacar, cada equipo tiene las mismas posibilidades de victoria, aunque sí que el diseño de algún mapa en concreto puede hacernos pensar lo contrario, como el del avión, que es muy estrecho. El resto de mapas son entornos bastante grandes, y las partidas se deciden por la correcta estrategia de los defensores, por las clases de agente elegidos en cada equipo y si cada jugador ha sabido darles un uso correcto, y por supuesto, la habilidad al disparar en los enfrentamientos directos, la diferencia entre la vida y la muerte.