Si hay un género que se encuentra en alza desde hace varios años en PC, ese es sin duda el de los juegos multijugadores masivos online. Tras el >boom que supuso la llegada de World of Warcraft, un gran número de desarrolladoras quisieron unirse al carro para intentar hacerse con parte del mercado, aunque el éxito arrollador del gigante de Blizzard ha acabado condenando a la gran mayoría de estos proyectos a tener que adoptar el modelo gratuito para sobrevivir.
Sin embargo, hay compañías como NCsoft que llevaban apostando desde bastante antes por este género y que en medio de esta vorágine de títulos han sabido encontrar a su público ofreciendo alternativas tan apetecibles como el primer Guild Wars, que a pesar de no ser gratuito se desligaba del sistema de cuotas mensuales tradicional. Por tanto, el anuncio del desarrollo de su secuela no pilló a nadie por sorpresa. Ya ha pasado un tiempo desde que se hizo público este anuncio y ahora por fin lo hemos podido probar de primera mano y en profundidad gracias a la beta privada que se ha celebrado este fin de semana.
En ella hemos podido jugar los primeros niveles con las razas Human (los clásicos humanos), Norn (un pueblo de humanos nórdico) y los Charr (unos seres con aspecto de bestia). Entre las clases disponibles nos encontramos con ocho distintas: Warrior, Guardian, Mesmer, Elementalist, Engineer, Necromancer, Ranger y Thief. Cada una de ellas se juega de forma muy distinta y tiene un amplio número de habilidades diferentes, aunque de eso hablaremos más adelante.
Como vienen dictando los cánones del género, lo primero que tendremos que hacer es crearnos a nuestro personaje seleccionando su raza, clase y aspecto físico con un editor que nos ha parecido bastante completo y que nos permite crear personajes lo suficientemente variados como para que no sean iguales que el del resto de jugadores. Eso sí, el proceso de creación no se limita al físico del personaje, sino que también tendremos que hacerle un trasfondo seleccionando entre diversas opciones que nos dan, como su personalidad, historia y motivaciones. Estas decisiones variarán según nuestra raza y clase, algo que cambiará nuestra historia principal y su desarrollo. Por ejemplo, no será lo mismo ser un humano criado en las calles cuya motivación es la de encontrar a su hermana desaparecida que un humano que ha crecido entre nobles y que busca fama y gloria.
Esto es algo que nos ha gustado especialmente, ya que añade un toque extra de rejugabilidad a la hora de querer subirnos otro personaje y que consigue crear la ilusión de estar viviendo nuestra propia historia personalizada, suponiendo un componente rolero muy bien recibido y que por desgracia no se prodiga en el género.
Una vez ya en juego, si jugamos a la primera parte nos daremos cuenta que esta vez sí es un multijugador masivo online con todas las letras, por lo que veremos al resto de jugadores deambulando por el mundo, en vez de limitarse esto simplemente a las ciudades y al PvP (Player vs Player o Jugador contra Jugador). Como ya hemos dicho previamente, ahora tendremos una historia personal que servirá de hilo conductor de nuestro desarrollo como personaje en nuestro camino hacia el nivel máximo. Las misiones de la historia principal suelen desarrollarse en zonas instanciadas, por lo que solo estaremos nosotros. Si salimos de los límites de la zona nos expulsarán de la instancia y perderemos el desarrollo que lleváramos en ella. Respecto al argumento, de momento por lo poco que hemos visto no nos ha conseguido enganchar demasiado, aunque se agradece el esfuerzo realizado y consigue hacerse llevadero.
A pesar de esto, para llegar al nivel máximo no nos bastará con hacer las misiones de historia. De hecho, estas suelen indicarnos el nivel recomendado para superarlas, y en muchas ocasiones tendremos que ponernos a subir para poder afrontar el siguiente paso. Para ello, tendremos que ayudar a los habitantes de Tyria, aunque no de la manera tradicional que estamos habituados a ver en la gran mayoría de juegos de este tipo. En Guild Wars 2 no tendremos que ir buscando NPCs que nos den misiones, sino que tendremos que dirigirnos a las zonas del mapa marcadas con un corazón (podremos saber donde están preguntando a unos personajes especialmente destinados para tal fin). Cuando lleguemos a estos sitios aparecerá una barra arriba a la derecha y un texto que nos indicará las tareas que podemos realizar allí. Cuando la barra esté completa habremos terminado de ayudar y recibiremos una respetable cantidad de experiencia.
Por ejemplo, podemos llegar a una granja donde necesitan de nuestra ayuda, pues últimamente se ha visto asediada por varios grupos de bandidos, por lo que está todo patas arribas. Para subir la barra podremos realizar diversos tipos de tareas: coger cubos y regar las plantas, matar los monstruos que la invadan, dar de comer a los animales, etc. Cada vez que hagamos una de estas acciones subiremos un poco del medidor, por lo que gracias a esto tendremos varios objetivos para cumplir y podremos decidir cuáles preferimos hacer. Además, estos suelen ser bastante variados y no se limitan a simplemente matar enemigos y recolectar objetos sin más. En lo poco que se nos ha permitido ver, nos hemos transformado en un leopardo de las nieves (con sus habilidades únicas) para cazar, jugado con niños a guerras de bolas de nieve, resuelto acertijos, recolectado bolsas de comida mientras asustábamos conejos que intentaban robárnoslas, etc.
Además, para darle más vidilla a este asunto, en ocasiones se sucederán eventos aleatorios en los que podremos participar junto a otros jugadores sin necesidad de estar en grupo con ellos. Volviendo al ejemplo de la granja anterior, podremos estar ayudando con las tareas ya citadas, cuando de repente un grupo de bandidos deciden atacarla, momento en el que nos tocará defenderla de las oleadas que la asediarán. Al terminar el evento se nos recompensará con una determinada cantidad de experiencia y dinero, según nuestro grado de participación en el mismo. Estos se nos indicarán debidamente cuando ocurran si estamos cerca de la zona donde se producen, así como de sus objetivos. Estos eventos también son bastante variados y van desde escoltas, recolectas, acabar con un gran enemigo que ha aparecido, defensas de ataques enemigos e incluso conquistas de bastiones en grandes asedios para hacernos con el control de una zona.
Todo esto acaba por dotar al juego de un desarrollo muy ágil y muy vivo en el que estaremos viendo constantemente algo nuevo y en el que no paran de sucederse cosas distintas. Pero todo esto se iría al traste sino tuviera un buen sistema de combate, uno de los puntos donde más brilla Guild Wars 2. Cada clase tiene un determinado número de armas que puede usar. Cada tipo tiene un determinado número de habilidades que podremos usar (tres las de una mano, dos las de la mano secundaria, y cinco las de dos manos). Para desbloquearlas simplemente tendremos que combatir con ellas hasta que las obtengamos, algo que no suele costar demasiado. Por lo que tendremos que decidir muy cuidadosamente que armas usar, ya que cada una de ellas nos servirán para diversos propósitos.
Por ejemplo, una espada y un escudo nos darán habilidades perfectas para ejercer el rol de tanque, mientras que con un mandoble a dos manos haremos mucho daño en área con nuestros combos. Además, a partir del nivel 7 podremos escoger un set de armas secundario, lo que nos permitirá cambiar en cualquier momento de la batalla de uno a otro, pudiendo cambiar de un estilo de juego a otro para adaptarnos a las situaciones que nos salgan al paso. Junto a estas cinco habilidades de arma, también tendremos una de utilidad, que generalmente está destinada a cosas como curarnos, regenerarnos, quitarnos incapacitaciones, etc. A medida que vayamos subiendo, iremos desbloqueando tres casillas extras donde podremos equiparnos con nuestras habilidades de clase y una última en la que podremos poner una habilidad maestra.
Para aprender nuevas habilidades que no sean de armas, necesitaremos puntos de habilidad. Cada una costará un determinado número de puntos y la forma básica de conseguirlos es subiendo nivel. A pesar de ello, solo subiendo de nivel no nos darán los suficientes para desbloquearlos todos, por lo que tendremos que cumplir unos desafíos específicos que se encuentran repartidos por todo el mundo y cuya localización tendremos disponibles en el mapa general. Esto nos invita a explorar los mapas más a fondo con el fin de conseguir más habilidades y tener más posibilidades a la hora de personalizar nuestro personaje.
Pero aquí no acaba el sistema de personalización de nuestro personaje, ya que también tendremos los llamados Traits. Cada clase tiene varias ramas distintas en las que podremos invertir una serie de puntos con el fin de mejorar nuestras estadísticas pasivas. Por ejemplo, si somos un Warrior podemos decidir invertir nuestros puntos en la rama de Strength (fuerza), con el fin de mejorar nuestro Power. Además, cada cierto número de puntos gastados en una misma rama, ganaremos una mejora extra que podremos escoger según nuestras preferencias, como hacer más daño con un determinado tipo de arma o aguantar más en ciertas situaciones.
Como podéis ver, las posibilidades a la hora de personalizar a nuestro personaje son enormes, ofreciendo un sistema rico y variado, gracias al cual cada clase puede desempeñar un gran número de papeles distintos. En cuanto a los combates, estos son muy rápidos y ágiles, algo que se ve potenciado gracias a la posibilidad que tenemos de rodar para esquivar ataques con el fin de evitar daños mayores. Curiosamente, cuando nuestra barra de salud llega a cero, no moriremos automáticamente, sino que nos quedaremos tirados en el suelo y se nos habilitará cuatro habilidades únicas, con las que podemos seguir atacando o intentar regenerarnos. A partir de este momento aparecerá una barra que irá bajando progresivamente. Si esta se vacía por completo o nos ejecutan habremos muerto definitivamente. Cuando estemos en este estado, un compañero podrá intentar reanimarnos o hacerlo nosotros matando a un enemigo, algo que da mucho juego especialmente en PvP.
En cuanto a la exploración del mundo, decir que en Guild Wars 2 no experimentaremos las interminables caminatas a las que nos tienen habituados el resto de juegos del género. A pesar de que el tamaño de los mapas y del mundo en sí es enorme, encontraremos muchos puntos de retorno, que una vez descubiertos nos permitirán teletransportarnos hacia ellos siempre que queramos y desde cualquier lugar, a cambio de una modesta cantidad de dinero. Esto hace que moverse por Tyria sea bastante fácil y siempre estemos haciendo cosas, en vez de obligarnos a caminar 10 o 15 minutos para llegar al sitio deseado, hacer una misión, y otros 15 o 20 minutos para llegar a nuestro siguiente destino.
Otro aspecto del juego que hemos podido probar es el de las mazmorras. Estos sitios están pensados para grupos de cinco jugadores y podremos realizarlas en dos modos distintos: Story y Explorable. En Story, se nos narrará la historia principal de la mazmorra que visitemos y la dificultad es algo más baja, por lo que es el modo perfecto para jugar con jugadores aleatorios, mientras que en Explorable, la dificultad es más alta (de hecho piden más nivel), suponen una continuación del argumento del modo Story, tienen varios caminos para seguir y nos darán los puntos necesarios para comprar el equipo de más calidad. Además, con el fin de hacer cada visita algo distinta, hay programados diversos eventos aleatorios que pueden saltar en cualquier momento de nuestro periplo por la mazmorra. Gracias a esto, consiguen darle una vuelta de tuerca a los modos difícil de otros juegos, donde solo se limitan a poner jefes más duros de batir y uno o dos enfrentamientos extras.
De momento solo hemos podido probar Ascalon Catacombs, una mazmorra diseñada para personajes de nivel 30. Como su propio nombre indica, nos adentramos en unas catacumbas donde tuvimos que hacer frente a un gran número de fantasmas y trampas. Su desarrollo es bastante convencional: avanzar, llegar a un jefe con mecánicas propias y únicas, matarlo, recoger nuestra recompensa y repetir. Eso sí, la dificultad es algo más alta que la media, obligándonos a estar muy atentos y a ejecutar perfectamente las estrategias de cada jefe para salir airosos. También hay algún que otro puzle, como tener que buscar una roca para colocarla sobre un interruptor y que se abra una puerta. Además, si exploramos bien podremos encontrar atajos secretos. Por último, mencionar que los objetos que sueltan los jefes será independiente para cada jugador, por lo que siempre nos llevaremos algo en cada visita sin riesgo a que salga algo que nos mejore y otro jugador nos lo quite.
Pero el fuerte de Guild Wars lo encontramos sin duda en su PvP. En esta ocasión tendremos dos vertientes distintas: por un lado tendremos el PvP Competitivo y por otro el World versus World. El primero se trata del clásico campo de batalla con dos equipos y tres bases a conquistar. Mientras más bases tengamos, más rápidamente acumularemos puntos. El primero que llega a 500 gana. Además, matar jugadores, revivir aliados o rematar enemigos también ayudará a incrementar nuestra puntuación, por lo que todo cuenta. Hemos podido ver dos mapas distintos, ambos bastante grandes e intricados, por lo que para ganar hará falta una buena estrategia de equipo y demostrar nuestra habilidad.
En cambio, en World vs World, dependiendo del servidor del que seamos, seremos de un equipo u otro (Rojo, Verde y Azul). Hay un mapa gigantesco, y otros tres algo más pequeños que vienen a representar los principales de cada equipo. En ellos hay un gran número de torres, castillos y fortalezas. El objetivo es simple: intentar conquistar el máximo número posible. Mientras más tengamos, mayores bonificaciones iremos desbloqueando para nuestro servidor, como que los enemigos suelten más dinero.
Además, aquí entra en juego el atractivo sistema de clanes que siempre ha caracterizado a Guild Wars. Todo lo que se puede conquistar en World vs World, si lo hacemos con nuestro clan, pasará a ser propiedad nuestra. Por lo que tendremos que defenderlo y evitar que otro nos lo arrebate. Para ello, podemos gastar puntos de influencia (que se consiguen básicamente jugando), en reparar nuestras fortificaciones e incluso mejorarlas, para en vez de tener una torre con vigas de madera, tenerlas de acero reforzado, para que al enemigo le cueste mucho más entrar. En definitiva, un sistema competitivo muy vivo y a gran escala, que hará las delicias de quienes busquen buenos enfrentamientos contra otros jugadores.
Gráficamente el título nos ha parecido precioso, con un diseño artístico muy inspirado, con colores muy vivos y que realmente nos transporta a un mundo de fantasía en el que vivir grandes aventuras. Los modelados de los personajes y de los enemigos son también para quitarse el sombrero, llenos de detalles y derrochando carisma. Las animaciones en combate son muy fluidas y espectaculares, y cuando nos juntemos varios jugadores en una batalla veremos un festival de luces, colores y efectos gráficos inundando la pantalla. Eso sí, fuera de combate hay animaciones algo mejorables, como la del pelo de los personajes o la de los saltos. Tecnológicamente también es bastante puntero, por lo que nos exigirá un buen PC para poderlo mover de forma fluida con todas las opciones al máximo. En este sentido es bastante configurable, por lo que podremos adaptarlo a las prestaciones de nuestro equipo sin demasiado problemas. De todos modos, hay que señalar que el título está en fase beta, por lo que todavía queda un amplio margen para optimizarlo. También es de elogiar lo sólido que se muestra ya el título, con un número de bugs y errores de programación bastante discreto.
El sonido cuenta con voces en inglés para las conversaciones, con una calidad en las interpretaciones más que respetable. Además, al pasar cerca de algunos personajes, oiremos sus conversaciones de viva voz, algo que nos ayudará bastante a la hora de sumergirnos en las tierras de Tyria. Por suerte para nosotros, ya se ha confirmado que llegará con subtítulos en castellano. La música encaja perfectamente con las situaciones que viviremos y los sitios que visitamos, pero como suele ocurrir, pasaremos demasiado tiempo escuchando los mismos temas y acabaremos por aborrecerlos.
En definitiva, Guild Wars 2 se perfila como uno de los MMORPG más prometedores de este año, suponiendo una alternativa muy atractiva para quienes estén cansados de jugar a títulos que siguen a pies juntillas las bases de World of Warcraft y busquen algo diferente, o simplemente deseen adentrarse en un juego donde el PvP es realmente memorable. Todavía es pronto para poder decir si el producto final acabará colmando todas las expectativas que hay vertidas sobre él, pero desde luego, este primer contacto nos ha dejado con un sabor de boca inmejorable.
