Dragon Ball Xenoverse ha sido probablemente una de las sorpresas más agradables que hemos recibido los fans de Goku y compañía en los últimos años. Tras haber sufrido multitud de juegos de dudosa calidad y experimentos que no terminaban de cuajar durante toda la pasada generación, la nueva propuesta de Dimps y Bandai Namco para renovar las aventuras de este legendario saiyan en el mundo de los videojuegos resultó ser todo un soplo de aire fresco que dejó asentadas unas prometedoras bases sobre las que seguir trabajando en futuras entregas.
Por desgracia, distaba mucho de ser un juego perfecto por culpa de ciertos desequilibrios, una plantilla de personajes escasa y no demasiado bien escogida, un apartado gráfico algo simple y un sistema de combate sin profundidad alguna, por mencionar tan solo los más graves, algo que no impidió que pasáramos unas horas muy entretenidas y satisfactorias protegiendo la historia de la serie y lanzando Kame Hame Has sin parar.
Precisamente por este precedente, teníamos un gran interés por probar su secuela y comprobar por nosotros mismos hasta qué punto sería capaz de mejorar lo visto el año pasado, algo que por fin hemos tenido la oportunidad de hacer gracias a su beta cerrada celebrada durante el pasado fin de semana.
Tal y como podréis imaginar si jugasteis a la primera entrega, volvemos a encontrarnos con un juego de lucha con un fuerte componente de rol en el que tendremos que crearnos un héroe o heroína que deberá viajar a los momentos más importantes de la historia de Dragon Ball para evitar que esta sea alterada por los villanos de turno. Todo ello mientras cumplimos multitud de misiones, subimos de nivel, obtenemos nuevas piezas de equipo, aprendemos nuevas técnicas y, en definitiva, nos hacemos más fuertes.
Las razas vuelven a ser las mismas del título original (Saiyan, Humano, Monstruo, Namekiano y Raza de Freezer) y el editor de personajes apenas ha recibido mejoras, más allá de unas pocas opciones más para cada aspecto que podemos modificar, como los peinados, aunque por lo visto en la beta no parece que vayamos a tener mucho más margen de maniobra que antes a la hora de personalizar físicamente a nuestro avatar.
Su estructura se mantiene intacta respecto al primer Xenoverse, por lo que tendremos una ciudad central desde la cual podremos acceder a las tiendas, hablar con otros patrulleros, formar equipo con otros jugadores, aceptar misiones, etcétera. La principal diferencia la tenemos en que ahora esta zona es mucho más grande que la Tokitoki City original y sus diferentes distritos ya no están separados por pantallas de carga. Además, podremos usar vehículos para movernos a mayor velocidad por ella y en la versión final tendremos la posibilidad hasta de volar, aunque primero (y por algún motivo que desconocemos) nos tocará sacarnos la licencia de vuelo.
Aquí nos hemos encontrado algunas novedades interesantes, aunque, por desgracia, todavía no se nos ha permitido acceder a ellas, ya que se han añadido cinco áreas dentro de la ciudad donde nos darán acceso a una serie de misiones y servicios específicos, cada una con sus propias características, como convertirnos en los guardaespaldas de Mr. Satan, luchar por ascender en los rangos del ejército de Freezer o ayudar a Buu a crear su propia familia. Destacar que dependiendo de la raza que seamos tendremos una serie de ventajas u otras en estos mundos, aunque esto es todo lo que os podemos contar por ahora.
En lo que respecta a su sistema de combate, los cambios que se han introducido son nimios, por lo que volveremos a tener dos botones de ataque para combinar y realizar diferentes combos, teletransportes para perseguir a nuestros rivales cuando los mandemos a volar bien lejos (o para ponernos en su espalda cuando nos esté machacando con algún combo), una paleta de técnicas especiales y otra de movimientos definitivos y evasivos.
Con este sencillo sistema podremos poner en práctica combos muy espectaculares y fáciles de hacer que nos harán sentir como que realmente estamos jugando a un juego de Dragon Ball, aunque al final sus posibilidades están tan limitadas que no tardaremos en caer en la repetición de las mismas combinaciones una y otra vez a la que demos con las más efectivas.
A pesar de ello, ahora hay más variantes posibles a la hora de continuar un combo para enlazarlo con otro nuevo, lo que hace que las cadenas de golpes sean algo más largas y dañinas si sabemos jugar bien nuestras cartas y aporta algo de variedad a las batallas. Es una pena que no se haya aprovechado la ocasión para añadirle una profundidad mayor, aunque al tratarse de un juego con movimiento y vuelo libre durante las misiones y basado en la lucha por equipos, al final no resulta un problema tan grave. De hecho, cuando más se le ven sus costuras es en las peleas uno contra uno, ya que en ellas se pierde el factor estratégico que tan bien le sienta a esta propuesta cuando hay más de dos combatientes en una batalla.
El desarrollo de las misiones es exactamente el mismo que el de su predecesor, con batallas que nos plantearán diferentes condiciones y en las que irán ocurriendo distintos tipos de eventos, obligándonos a cumplir una buena variedad de objetivos, desde aguantar vivos un tiempo determinado, bajar la salud de un rival concreto hasta cierto punto, defender a nuestros aliados, etcétera.
Son muy entretenidas de realizar, aunque la narrativa en las de la historia principal nos ha parecido muy torpe y no demasiado bien llevada, por lo que nos ha dejado con ciertas dudas sobre cómo evolucionará a medida que nos adentremos en la trama. Las secundarias difieren según si jugamos solos o junto a otros jugadores y vuelven a tener objetivos y eventos ocultos que nos permitirán aumentar nuestra puntuación, así como acceder a recompensas exclusivas, aunque primero nos tocará descubrir qué es lo que tenemos que hacer para activarlos.
A todo esto tenemos que añadirle las nuevas Misiones de experto, las cuales vendrían a ser algo así como las raids del juego. En ellas tendremos que formar un grupo de seis jugadores para enfrentarnos a un poderoso y complicado jefe que cuenta con mecánicas únicas y más o menos originales, obligándonos a colaborar muchísimo con nuestros compañeros si queremos salir con vida de la batalla. Por ejemplo, si un aliado recibe un ataque de control mental, antes de que este surta efecto podremos intentar liberarlo de él si acudimos en su ayuda.
Por lo que hemos podido probar, nos han parecido muy divertidas e intensas, aunque varios errores de programación y de conexión nos han impedido disfrutarlas como se merecen, así que solo nos queda esperar que sea algo que se solucione de cara a su lanzamiento final.
A nivel gráfico no vamos a esconder que nos ha decepcionado enormemente lo que nos hemos encontrado, ya que se ve prácticamente igual que su predecesor, un título que era intergeneracional. Los modelados están conseguidos, aunque nos resultan demasiado simples, las escenas de diálogo son dignas de la época de PlayStation 2 y hay ciertas animaciones que simplemente no son admisibles a día de hoy, como la de salto cuando estamos en la ciudad o la de los vehículos. Los escenarios tampoco terminan de estar a la altura, con unos elementos demasiado simples y poco trabajados.
Al menos, durante los combates las técnicas son muy espectaculares y vistosas y el aumento en la tasa de imágenes por segundo dota al título de un mayor dinamismo y frenetismo que le sienta genial, dando como resultando unas batallas muy fluidas y ágiles. La iluminación y el sombreado de los personajes también ha sufrido ciertos retoques, aunque nada demasiado notable.
El sonido sigue la misma tónica, con una banda sonora nada inspirada y con temas que no siempre terminan de encajar bien con lo que nos muestran en pantalla, de modo que nos volvemos a quedar sin la música original de la serie. Los efectos sí que son bastante buenos y reconocidos al estar extraídos directamente del anime, y el doblaje nos llega con la siempre agradecida opción de escoger entre japonés e inglés, siendo el primero muy superior al segundo.
Todavía nos quedan muchas cosas por ver de Dragon Ball Xenoverse 2 antes de que podamos valorarlo justamente, ya que hay una gran cantidad de características bloqueadas en la beta, aunque esta toma de contacto nos ha dejado con ciertas dudas sobre lo que nos encontraremos cuando llegue a las tiendas. La impresión que nos ha dejado es la de que Dimps ha tirado por el camino fácil para ofrecernos un más de lo mismo sin ambición alguna por intentar llevar el juego un paso más allá. Sí, hay más contenidos y cosas para hacer, y también tendremos una plantilla de luchadores muy superior, por lo que todo apunta a que será un producto más completo y variado que su primera parte, pero la pregunta es: ¿será suficiente?
Hemos realizado estas impresiones tras jugar a la beta cerrada gracias a un código de acceso que nos ha facilitado Bandai Namco para PlayStation 4.
