Otro aspecto que es preciso mencionar son las armas. Gears of War es un juego bastante "conservador" en este sentido, sin armas demasiado de ciencia ficción, sino basadas sobre todo en el viejo y fiable plomo. Nuestro arsenal básico se compone de una pistola ligera, una metralleta pequeña, las granadas (que no tienen un papel muy importante en el juego, ni es necesario usarlas mucho, únicamente para reventar agujeros llenos de enemigos) y el arma estrella, una enorme ametralladora que, en vez de una bayoneta, al estilo de los fusiles antiguos, lo que lleva es una motosierra. Al estar cerca de un enemigo, manteniendo pulsado el botón A, veremos una de las secuencias más truculentas de la historia reciente del videojuego. Nuestro soldado dará cuerda a su motosierra e impactará con ella en el cuello del enemigo, descuartizándolo y haciendo que la sangre salpique la pantalla.
Aparte de estas armas básicas, durante el juego iremos consiguiendo otras, y algunas de ellas del bando rival, los Locust. Entre ellas se encuentran escopetas de cañones recortados, rifles de francotirador y un arma experimental que se utiliza en ciertas partes del juego, llamada "martillo del alba". Consiste en un señalizador láser que, fijado durante unos segundos en un enemigo, hará que un satélite impacte con un rayo láser, acabando rápidamente con él. Algunas partes del juego, sobre todo en las que tenemos que hacer frente a grandes enemigos, consisten en lograr impactar en ellos con el martillo sin que acaben con nosotros en el intento. Una cosa curiosa de Gears of War, de la que de hecho muchos jugadores puede que ni se den cuenta, es el peculiar sistema de recarga de armas del juego. Aunque podemos recargar sin más, sin complicarnos la vida, hay una barra de progreso para la recarga que puede pararse con el botón A. Si nos la queremos jugar, podremos intentar pararla en el momento apropiado, haciendo que la recarga sea más rápida, que sea más rápida y que las balas de ese cargador hagan más daño o, si lo hacemos mal, que tardemos más en recargar el arma. Es un añadido bastante curioso que se puede aprovechar a gusto del jugador.
Como decíamos al principio, Gears of War es un juego que se basa esencialmente en divertidos y emocionantes tiroteos contra hordas de enemigos, pero naturalmente Epic Games ha introducido bastante variedad para no hacer el juego monótono, tanto por el tipo de enemigos –algunos armados con rifles de francotirador, lanzamisiles, etc…- como por las diferentes situaciones a las que nos tendremos que enfrentar. Los Locust tienen una extraña costumbre de aparecer de repente, mediante agujeros (Agujeros de Emergencia), saliendo en grandes cantidades, a veces a nuestras espaldas. También cuentan con numerosas torretas Troika que habrá que flanquear para acabar con ellas, o de lo contrario es una tarea casi imposible. En ocasiones habrá que hacer frente a oleadas de bichos muy al estilo de Resident Evil que se mueven muy rápido y que pueden acabar con nosotros en dos mordiscos. También hay una parte del juego en la que iremos en vehículo y algún que otro sencillo puzle, por lo que el juego alterna diferentes tipos de situaciones y, al igual que en Halo, los propios tiroteos son muy divertidos y adictivos.
El modo campaña cuenta con tres niveles de dificultad diferentes que podríamos decir que están un tanto desequilibrados. El modo fácil es demasiado fácil, y el normal demasiado difícil, sin que haya un nivel de dificultad haciendo de término medio entre ambos. El tercer nivel de dificultad es todavía más difícil, por no decir casi imposible. Además de la campaña, que dura alrededor de unas doce horas, contamos también con modos multijugador. El cooperativo, para dos jugadores, funciona tanto para la misma consola, a pantalla partida, como a través de Xbox Live, y resulta muy interesante ya que podremos conservar los mismos puntos de control que en el modo para un solo jugador. Es decir, podremos empezar una partida, y que un jugador se una y sigamos donde estábamos, y que salga y continuemos en solitario. El problema de esto es que no está todo integrado en el mismo modo de juego, no basta con que un jugador pulse Start para unirse a la partida, ni con que decida dejar de jugar para volver al modo para un solo jugador. Requiere salir y entrar en diferentes modos de juego, lo cual siempre es un incordio.