Análisis de Project Zero 2: Wii Edition (Wii, Wii U)

La cámara la manejaremos inclinando el mando de Wii hacia el lado al que queramos mirar, lo que nos permitirá movernos mientras atacamos con el joystick del Nunchuk. Al igual que en los momentos de exploración, estos controles se podrían haber pulido un poco más, ya que resulta algo complicado hacerse del todo con ellos. En cuanto al desarrollo de los propios combates, nos encontraremos con espíritus de todo tipo, que irán desde el clásico que simplemente va avanzando hacia nosotros hasta otros más problemáticos que van apareciendo y desapareciendo. Por lo general son algo lentos, aunque hay jefes que no pararán de moverse de un lado a otro y nos pondrán las cosas realmente difíciles.

Los enfrentamientos contra ellos no serían tan agobiantes si no fuera porque la mayoría de las zonas en las que aparecen son muy estrechas, cerradas y pequeñas. Además, en muchos momentos tendremos no solo que cuidar de nosotros mismos, sino también de Mayu, quien nos acompañará durante gran parte de la aventura entorpeciéndonos el paso en los pasillos estrechos y obligándonos a protegerla de los espíritus. Si a esto le sumamos los lentos controles y la parsimonia con la que se mueve Mio, os podéis hacer una idea de lo tensos que pueden llegar a ser los enfrentamientos contra los espíritus más duros.
Por suerte no todos serán hostiles y nos encontraremos también con diversas almas errantes que en ocasiones estarán escondidas y en otras simplemente se mostrarán durante unos breves segundos. Si conseguimos fotografiarlas nos darán puntos de experiencia y los podremos añadir a nuestra lista de fantasmas. Hablando de puntos de experiencia, estos también los obtendremos al encontrar unos objetos determinados y al fotografiar espíritus enemigos. Estos los podremos invertir en mejorar las propiedades de la cámara y en mejorar la efectividad de nuestras lentes. Otra forma de mejorar la cámara es equiparla con accesorios para poder realizar nuevos movimientos como la posibilidad de esquivar si agitamos el mando en el momento justo en que nos vaya a agarrar un fantasma.

Kureha y las casas embrujadas
Otra de las novedades de esta versión de Project Zero 2 la encontramos en la inclusión del modo Casa embrujada. En él nos dará la bienvenida Kureha, la doncella de un santuario, quien nos hará de guía en este modo. A medida que avancemos en la campaña principal, iremos desbloqueando distintos tipos de casas embrujadas. Cada una propondrá un tipo de reto distinto, como fotografiar un tipo determinado de fantasma o poner a prueba lo impasibles que somos ante los sustos. Eso sí, todas ellas se desarrollarán en primera persona y avanzando sobre raíles.
Para animar un poco este modo se ha incluido la opción de jugarlo en multijugador. Si recurrimos a esto, uno de los jugadores preparará los sustos y el recorrido al que se tendrá que enfrentar el otro, colocando fantasmas y haciendo que su mando vibre o emita sonidos. En definitiva, se trata de un modo que no pasa de la simple curiosidad y que parece más orientado a la posible audiencia casual.

En el modo campaña también se ha incluido la posibilidad de jugar junto a un amigo, aunque de una forma muy limitada e incluso poco recomendable, ya que al estar acompañados se pierde gran parte del encanto de jugar solos, de noche y a oscuras para aumentar la sensación de terror. El segundo jugador simplemente tendrá que sincronizarse con el primero a la hora de pulsar el botón A para sacar fotos. Si conseguimos hacerlo a la vez, el disparo será más potente, facilitando en cierta medida los enfrentamientos.

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