Análisis de Gorogoa (PC, Xbox One, PS4, iPhone, Switch)

Corría el mes de octubre de 2012 cuando hablamos por primera vez de Gorogoa en Vandal. Probamos una demo de lo que este título que había salido de la nada tenía que ofrecer, y nos atrapó de tal manera que en estos más de cinco años no nos hemos olvidado de él. Parecía casi imposible verlo terminado, pero aquí está. El trabajo de Jason Roberts, que comenzó en 2011 –y previamente, en forma de juego de cartas físicas–, ha llegado a su fin. Y os adelantamos que la espera ha merecido la pena.

Un juego único. Único de verdad

Lo de hablar de "juegos únicos" es algo un tanto común. Raro es el juego que no comparte al menos alguna de sus mecánicas con otros juegos similares. Pero Gorogoa es único de verdad. Es tan único que nos resulta difícil explicar cómo se juega. Lo más parecido que hay es Framed, que debutó dos años después de que la obra de Roberts estrenase su demo.

En esencia es un título de puzles, donde tenemos que alinear las viñetas (como si de un cómic se tratara) para crear nuevas imágenes y progresar. Claro que la complejidad que ofrecen está a otro nivel, y cada viñeta puede tener (o crear) nuevas capas, pueden combinarse con otras, pueden permitirnos desplazarnos, acercarnos o alejarnos dentro de ellas… Y pese a lo que pueda parecer al leerlo, es tremendamente intuitivo.

El diseño de estos puzles, permanentemente conectados entre sí, está pensado para guiarte sutilmente y que nunca te veas abrumado, pero sin llevarte nunca de la mano. El juego desafía constantemente la lógica, pero a la vez se basa en el mundo que conocemos para resolver los puzles, recurriendo a las físicas o a la perspectiva para darnos una pista de por dónde puede estar la solución.

Pero lo mejor de Gorogoa es la sensación de descubrimiento. No sólo es clicar y descubrir un nuevo mundo donde pensábamos que no había nada, es cuando resuelves uno de los puzles y ves cómo todo encaja. Es un mundo diseñado con una perfección sorprendente, donde todo tiene un sentido, y donde nada sobra. Y esto nos lleva al que, probablemente, será el aspecto más discutido: la duración.

Gorogoa dura unas tres horas –obviamente, variará en función de lo que tardemos en resolver los puzles–, pero son tres horas en las que no sobra ni un único segundo. Es una experiencia intensa de principio al final, en la que tiene tiempo de contarnos una historia un tanto abstracta y llevarnos por universos que no podíamos imaginar. Como curiosidad, Gorogoa era el nombre de una criatura ficticia que el responsable de este título imaginó cuando era pequeño.

El arte marca el camino

Si las mecánicas de juego son fascinantes, el arte no se queda atrás. Prácticamente todo está dibujado a mano –y coloreado con Photoshop– por Jason Roberts con muchísimo gusto y detalle. Nunca sabes con qué te va a sorprender: nunca sabes cómo van a encajar dos viñetas, o qué va a aparecer abajo de una cuando arrastres la capa de arriba, o qué vas a ver cuando te desplaces dentro de otra.

Es una sensación de descubrimiento constante; una sensación de satisfacción constante. Tenemos control sobre un universo que podemos hacer y deshacer a nuestro antojo, con diferentes piezas que forman parte de un todo. Como decimos, es difícil explicar las sensaciones que te produce un título como éste, pero no serían las mismas sin el apartado artístico en el que se envuelve.

Por último, también queremos mencionar la música y el diseño de sonido, que aunque nunca llegan a robar el protagonismo, hacen también un gran papel. La banda sonora, de Joel Corelitz (The Unfinished Swan, Hohokum, The Tomorrow Children) pone el toque que Gorogoa necesita en momentos claves, y cierra así un título redondo en lo audiovisual.

Imprescindible

A poco que te gusten los puzles, Gorogoa es sencillamente imprescindible. Es un juego increíble de principio a fin, que sabe sorprendente constantemente y ofrecerte una sensación de satisfacción indescriptible cada vez que todo encaja. Han sido cinco largos años esperando para poder jugar la aventura de completa, y estamos seguros de que no ha sido un desarrollo sencillo, pero la espera ha merecido la pena.

Su arte dibujado a mano, su mecánica única, sus mundos… Gorogoa es un juego que nos ha tocado, que nos ha dejado con la boca abierta, y que también nos ha dejado con ganas de más. Y es que su único problema es su escasa duración, aunque las tres horas que dura son tres horas intensas en las que no sobra ni un solo segundo. Si prefieres la calidad a la cantidad, y salvo que aborrezcas el género por alguna razón, deberías jugarlo.

Hemos realizado este análisis en PC con un código de descarga que nos ha proporcionado Fortyseven Communications.