Análisis de Invizimals: Desafíos Ocultos PSN (PSVITA, PSP, iPhone, Android)

Desde que Novarama descubrió a los Invizimals y que la cámara de PSP podía ser una puerta al mundo de esos seres invisibles a simple vista, han transcurrido poco más de tres años, pero el universo de la franquicia se ha expandido rápidamente.

Tres juegos, muñecos, cromos, una serie de televisión en el horno y un juego de mesa de cartas coleccionables que acaba de salir dan fe de que estos animales arrasan entre los más pequeños. Y casi todos tienen elementos de realidad aumentada que hacen que los invizimals aparezcan en la pantalla de tu dispositivo.

En el caso del juego de cartas coleccionables es especialmente interesante una app gratis que está disponible para multitud de dispositivos: PS Vita, PSP, teléfonos y tabletas iOS y Android. Esta aplicación es sencilla de entender y manejar y permite, al menos en teoría, tener ordenada y bajo control toda tu colección de cartas.

Lo primero que hay que hacer es escanear el código de colores que hay detrás de cada carta para que el dispositivo la incluya en la base de datos. Es realmente muy rápido y fiable, siempre y cuando tengas iluminación suficiente, ya que de otra forma te será casi imposible.

Si quieres confirmar que ha leído el código correctamente deberás darle la vuelta a la carta, ya que no está el nombre del invizimal, vector o la carta que sea en la parte posterior, que es dónde está impreso el código.

De esta forma, la carta real estará en el álbum que viene incluido en el megapack de lanzamiento, y en tu dispositivo portátil (consola, Smartphone o Tablet) llevas su versión virtual, que te permite conocer un poco más de la historia de la carta en cuestión.

Ese catálogo virtual te permitirá intercambiar cartas con los amigos sin tener que recurrir al antiguo método de ir pasando el mazo de cartas que tengas repe mientras el otro dice: "sile sile nole", de forma que, tras veinte pasadas, las cartas empezaban a ajarse.

En la opción de intercambio ad hoc tu amigo ve las cartas que tienes repetidas y puede hacerte una oferta por otras que él tenga y tú no. Tú decides en la pantalla si aceptas y, tras negociar virtualmente podéis llegar a un acuerdo y hacer el intercambio físico de cartas.

El sistema es realmente fácil de usar y el único problema que plantea es que requiere que el chaval sea ordenado, que no se le olviden escanear las cartas nuevas que compre y que se acuerde, por ejemplo, de borrar del catálogo de su PS Vita la carta que le dio al vecino del tercero cuando no llevaba la consola encima.

Las normas de las peleas en el tablero, con cartas reales, son las clásicas del género. En ellas ha trabajado Novarama con Panini para establecer unas normas que pueden ser muy sencillas o exhaustivas y bastante sencillas de entender.

Los jugadores empiezan con tres pup y en cada turno van desarrollando sus invizimals, usando vectores para potenciar sus estadísticas y debilitar al invizimal del rival. También hay escudos, hábitats en los que unos invizimals son más potentes que otros (son escenarios reales de nuestro planeta) y cartas de cazador que dan ventajas aleatorias y puede cambiar el rumbo del combate. De esta forma las luchas llegan a ser emocionantes e intensas.

Durante las partidas de cartas no se utiliza el dispositivo portátil. Novarama pensó, con buen criterio, que distraería la atención de lo que sucede en el tablero y desvirtuaría la experiencia. Pero sí se pueden ver buenas luchas. En el apartado Zona de Combate puedes ver cómo sería una pelea entre dos invizimals, e incluso puedes ponerlos a luchar en un hábitat. Sólo tienes que tener las cartas físicas para escanearlas y poner en acción la realidad aumentada y las estadísticas de los dos animales y sus ataques deciden el transcurso de la pelea. Es entretenido aunque no intervengas, como si se tratase de ver un documental.

Dentro de unos meses se emitirá el capítulo piloto de la serie de Invizimals y seguro que antes de que acabe el año podremos ver algún juego nuevo de la serie. Los invizimals se adentran cada vez más en nuestro mundo con paso firme y siguiendo una senda pensada para los chavales.