Análisis Super Monkey Ball: Banana Mania, cuando la mona se viste de Sega (Switch, PS4, Xbox One, PS5, Xbox Series X/S, PC)

Hace dos años analizábamos Super Monkey Ball: Banana Blitz HD, una remasterización del juego de Wii que si bien disfrutamos por ser el retorno de la saga, nos dejó con sentimientos enfrentados al tratarse una adaptación que perdía contenido por el camino e incluso se podía cuestionar que perdía su esencia al abandonar los controles por movimiento para los que se desarrolló. Sega parece haber tomado buena nota de esto, y ahora nos llega Super Monkey Ball: Banana Mania, una remasterización de las dos (¿tres?) primeras entregas para consola de sobremesa.

Tres clásicos, toneladas de contenido

Super Monkey Ball: Banana Mania es, como decimos, una colección remasterizada para celebrar el vigésimo cumpleaños de la saga, que incluye todos los niveles Super Monkey Ball, Super Monkey Ball 2 y Super Monkey Ball Deluxe (que ya era una especie de remasterización de los dos primeros), los tres primeros juegos de la saga lanzado para consolas de sobremesa; algo que puntualizamos porque el original fue para recreativas y entre 2 y Deluxe se lanzó Super Monkey Ball Jr. para Game Boy Advance.

Así, nos encontramos con una enorme cantidad de niveles y una buena selección de niveles para poner a prueba nuestra habilidad a los mandos. Para empezar, tenemos más de 300 fases con un diseño que, en nuestra humilde opinión, no ha envejecido nada. Las fases siguen siendo muy divertidas de completar, con una curva de dificultad bien medida, pero que consigue hacernos sufrir según progresamos, y convertirnos en auténticos profesionales si queremos hacer el 100% consiguiendo todos los plátanos. Hay pequeños ajustes realizados para mejorar la experiencia –aunque hay un modo clásico para tener una experiencia para puristas, y opciones de accesibilidad para quienes las necesiten– «Simplemente» completar el modo historia –que, dicho sea de paso, cambia las secuencias de vídeo por cómics, algo que no nos ha gustado mucho– nos va a llevar un buen puñado de horas, y eso es sin contar los modos adicionales.

Como decimos, aparte del modo principal tenemos un modo fiesta, que incluye 12 minijuegos de lo más dispares –desde fútbol y bolos a pruebas de vuelo y disparos– para disfrutar con hasta cuatro jugadores. La verdad es que nos habría gustado ver una opción para jugar a través de internet, incluso si es sólo con amigos, ya que, a pesar de lo divertidos que son, tenemos que juntarnos con un grupo para poder disfrutarlos al máximo. Además, contamos con un modo clasificatorio en el que podemos completar pruebas de las normales o de los minijuegos, tanto en solitario como en competitivo para enfrentarnos por llegar a lo más alto en la clasificación online.

Una colección muy cuidada

Aparte de esta inmensa cantidad de contenido, Sega no ha querido descuidar los extras. Uno de los más curiosos es la inclusión de diferentes personajes de sagas populares de la compañía japonesa, que van desde Sonic a Jet Set Radio, pasando por Yakuza, y que no sólo cambian el personaje dentro de la bola sino también el objeto a recoger. También tenemos la posibilidad de jugar con algunas de las consolas de Sega, como Dreamcast, Game Gear y Saturn. A esto hay que añadirle una buena cantidad de opciones de personalización, con un montón de elementos a desbloquear para personalizar a nuestros monos y a sus bolas.

Igualmente destacable es el lavado de cara, de esos sutiles y fieles al original, que nos ofrecen el juego «tal y como lo recordábamos», con ese upgrade mental que le hacemos a los juegos. Es un juego muy sencillo, pero poca pega le podemos poner en lo audiovisual, más allá de que a alguien no le guste la banda sonora nueva, aunque es posible jugar con la original también si compramos la edición Deluxe o la adquirimos por separado. Como nota, hasta incluye modo foto para poder tomar nuestras instantáneas favoritas en cualquier momento.

Algo que puede pasar un tanto desapercibido pero que, creemos, es muy importante, es lo bien que se controla. O lo «mal», ya sabéis. No es difícil romper algo en estas remasterizaciones, pero Super Monkey Ball: Banana Mania siempre te da esa sensación de que si algo sale mal es culpa tuya, y no podemos echarle la culpa a los controles. Al menos en Xbox Series X, donde lo hemos analizado. La respuesta en otras plataformas puede ser diferente. ¡Ah! Y el salto se puede comprar con dinero virtual y activarlo y desactivarlo a nuestro antojo.

A rodar una vez más

Super Monkey Ball: Banana Mania es uno de esos juegos que ofrece diversión pura y dura, un arcade con el sello de calidad de la Sega clásica que rinde tributo no sólo a la saga sino también a la propia compañía japonesa. Aparte de una enorme cantidad de niveles, también encontramos multitud de modos y un notable número de minijuegos con los que pasar horas y horas jugando en solitario o en compañía. La mayor carencia desde nuestro punto de vista en la falta de modo online, y tampoco habría estado de más algunos extras –ilustraciones, entrevistas, documentos de desarrollo...– para celebrar el vigésimo aniversario de la saga, pero en general es una fantástica opción para los fans de Super Monkey Ball o los que quieran iniciarse en ella por primera vez.

Hemos realizado este análisis en Xbox Series X con un código de descarga proporcionado por Koch Media.