Análisis de DriveClub (PS4)

Los efectos climáticos prometen ser algo completamente nuevo y modificar el control sobre el agua y la nieve, aunque lamentablemente en este momento no están disponibles y se echan mucho en falta. La impresión de un mismo escenario es muy diferente según la luz, y por lo general los cielos encapotados no destacan las virtudes de la iluminación de este juego. Un circuito puede ser de lo más asombroso que has visto en juegos de conducción a una determinada hora o simplemente bueno a otra. Una irregularidad que se salvaría con el clima. Como sus creadores han admitido, jugar en Escocia, cielo totalmente gris y humedad visible en las montañas del fondo no está completo sin una tormenta. Es en cualquier caso un aspecto que se corregirá en semanas.

Los coches son igual de espectaculares que el entorno y con toda la atención que se puede poner en las texturas y efectos de los materiales, tanto interiores como exteriores. Pero los vehículos probablemente ya alcanzaron un techo en la pasada generación y por más que se mejoren, y Driveclub lo hace, es difícil destacar algo muy por encima de la media a simple vista. Quizás con el modo fotografía –estará en el lanzamiento, o muy poco después- esto se valorará mejor. Los destrozos son sólo visuales y nunca hasta el extremo de destrozar la carrocería, se ha evitado que afecte negativamente al rendimiento del coche.
Sobre el sonido, dos cuestiones: los efectos están muy conseguidos y son auténtico motivo de nuestra puntuación a este apartado, es una de las ventajas de ser un desarrollo nuevo que no hereda librerías antiguas. Hasta los más exigentes sabrán apreciar el trabajo en cuanto a calidad y mimo a cada rugido del motor, a los neumáticos sobre diferentes superficies o la gran diferencia entre colocar la cámara en el frente, la cabina o el exterior. Aquellos jugadores no muy acostumbrados a utilizar el sonido ambiente deberían darle una oportunidad –por defecto, son lo único que escucharás en tu primera partida-.
El otro tema está en la música a cargo del grupo Hybrid que en videojuegos has podido conocer en Ghost Recon: Future Soldier y Lotus Challenge; sus temas y sus remixes a cargo de otros célebres DJ protagonizan en solitario la banda sonora y por tanto se trata de un todo o nada según tus gustos musicales. No es mala, pero le habría sentado algo mejor contar con algún otro grupo para alternar estilos y variedad; después de horas de juego te puede sonar repetitiva.

Conclusiones
DriveClub no es un juego perfecto, aunque parte desde una muy buena posición para ser la saga alternativa a Gran Turismo dentro del catálogo exclusivo de PlayStation. En un par de meses con todas las actualizaciones prometidas va a remediar algunas de nuestras quejas, lástima que tengamos que dejar fuera de la valoración aspectos que aportarán novedades en gráficos y jugabilidad como los cambios climáticos, que ahora mismo se antojan básicos en Escocia y Noruega.
En cualquier caso, es un juego que mejora cuanto más se exprime y más te implicas en su comunidad. Estés compitiendo en el Tour o por superar tus tiempos, puede aparecer la imagen y nombre de un jugador conocido que ha hecho una velocidad media determinada en esa pista. ¿Cómo ignorarlo? Su futuro a medio y largo plazo pasa por este efecto bola de nieve: a más amigos con él, más divertido, más piques, más mensajes recordándote que hay un desafío en espera. Esencial jugarlo con conexión online.
DriveClub tarda en arrancar con fuerza algo más que otros juegos similares, concretamente lo hace a partir de desbloquear las gamas de Super e Hiperdeportivos que destapan las virtudes de sus amplias carreteras. Una vez has recorrido las montañas canadienses o el terreno rocoso de Chile a más de 200 kilómetros de velocidad, ya no hay vuelta atrás.
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