Análisis de Mortal Kombat (PS3, Xbox 360)

Por si fuera poco, superar el modo historia y otros modos recompensa con puntos o monedas para gastar en la cripta, un lugar con decenas y decenas de almas que ofrecen desbloqueables. Es parecido al sistema visto en algunos Mortal Kombat anteriores, y aquí podemos encontrar ilustraciones, renders, nuevos movimientos Fatality o más trajes. Hay muchísimas posibilidades que dan una idea de todo el tiempo que nos puede llevar abrir todo el contenido –aunque existe la opción de tirar de guías y ver qué es lo que nos interesa-. De este apartado encontramos un pequeño defecto, y es que exploramos libremente el cementerio en vista subjetiva, con las tumbas o máquinas de tortura desperdigadas sin mucho orden. Gráficamente es mucho más espectacular que la cripta de Deadly Alliance, por ejemplo, pero aquella era más práctica e intuitiva, en la actual se hace más complicado encontrar la tumba que deseamos, y la navegación no es tan cómoda ni ágil.

Aún queda un tercer pilar para el juego en solitario, que es la torre de desafíos, 300 retos de todo tipo, que también recompensan con puntos para la cripta. La gracia de estas pruebas es que a diferencia de las luchas en arcade e historia, se permiten introducir normas completamente originales y extravagantes. Al inicio se explica en qué consiste la partida, que puede ser normal u obligarte a realizar un único movimiento para poder ganar; se pueden prohibir saltos, o movimientos especiales, puedes estar "envenenado", perder los brazos, se distorsiona o invierte la imagen, se te ordena ejecutar unos combos, participas en partidas por equipos, comienzas con menos vida, tus golpes dañan más –o menos- o sólo dañas al rival si se encuentra en un lugar determinado del escenario. Y así hasta centenares de originales combates que nunca cansan.

Hay muchísimas variantes y a lo largo de esta torre tomaremos contacto con todos los luchadores, pero lo más curioso son algunas fases de acción lateral, en las que desde una posición estática realizamos un ataque a larga distancia para detener a zombis u otro tipo de enemigos que se desplazan desde el otro extremo de la pantalla. Son unas fases que veladamente nos enseñan a realizar un movimiento concreto de manera rápida e instintiva, pero en cualquier caso, son muy originales. Luego tenemos los test de fuerza y demás minijuegos, presentes desde el primer juego –con la rotura de materiales-, entre los que se incluye el test de suerte –una ruleta decide normas de un combate-. Desde luego, tal y como pintaba en nuestros avances, si quieres un juego que ofrezca algo más que exclusivamente multijugador, Mortal Kombat es tu elección.

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