Análisis de GoldenEye 007 Reloaded (PS3, Xbox 360)

Arkhangelsk. Norte de la Unión Soviética. Año 1986. James Bond, 007 y Alec Trevelyan, 006, aprovechan la noche para infiltrarse en una presa sobre el río Dvina. El MI6, servicio secreto británico, sospecha que bajo la apariencia de una central hidroeléctrica, en realidad, se esconde un almacén de nuevas y peligrosas armas químicas. Lo que en principio se plantea como una sencilla misión de infiltración, enseguida se convierte en un brutal tiroteo en el puesto de entrada y una espectacular persecución en camión por la presa. Rápidamente, James y Alec se separan por la base en busca de la información que confirme los peores temores. Cuando todo indica que esos temores son ciertos, Bond es descubierto justo cuando está a punto de saltar en paracaídas hacia el agua. Acorralado y en inferioridad numérica, James lanza el paracaídas a sus captores y salta sin él al vacío.

La pantalla se pone negra, y empieza la presentación de la película, perdón, del videojuego, con la nueva versión de la música de Goldeneye, exactamente igual que si estuviéramos viendo en el cine cualquiera de las películas del agente secreto más famoso de la historia. Así de espectacular es el comienzo de este nuevo remake de una las mejores películas y juegos basados en James Bond. Corría el año 1997 cuando Rare realizó la conversión de la película del año 95 a Nintendo 64, en uno de los mejores juegos de acción y disparos que se recuerdan para esa mítica máquina. 13 años después, el año pasado, el estudio inglés Eurocom, actualizaba el juego, en exclusiva para Wii y Nintendo DS, obteniendo también buenos resultados. Por fin, apenas un año más tarde tenemos disponibles las esperadas versiones para PS3 y Xbox 360.

Goldeneye Reloaded sigue paso a paso el esquema del juego de Wii del año pasado empezando por el protagonista, y el actual 007, Daniel Craig, sustituye al carismático Pierce Brosman, imaginamos que por temas de licencias. Pese a que el argumento sigue siendo de inicio la persecución del coronel ruso, Ourumov, encargado de la presa, muchas de las situaciones de la película han sido actualizadas o cambiadas en este nuevo juego.

Shooter antes que aventura

Nos encontramos ante un juego en el que el sigilo y la infiltración han sido totalmente reemplazadas por la acción más directa, convirtiéndose casi un FPS puro. No es que no se pueda ir en silencio, de hecho es hasta recomendable en ciertos momentos, gracias a los silenciadores o los conductos de ventilación del aire acondicionado, pero el juego no está concebido con ese objetivo. La cantidad de enemigos, los espectaculares momentos de incursión en las salas, y el extenso repertorio de armas a nuestra disposición, nos confirma que este James Bond es mucho más radical a la hora de ejecutar su licencia para matar.

La aventura consta de catorce misiones repartidas en seis localizaciones alrededor del mundo en las que Bond tendrá que enfrentarse a multitud de situaciones con un denominador común, la ingente cantidad de enemigos armados que intentarán molestarnos. En cada una de ellas tendremos un objetivo principal que será el que nos vaya marcando el camino, de forma totalmente lineal, sin que en ningún momento podamos salirnos de los raíles señalados. También tendremos un objetivo secundario, opcional y en general mucho más escondido y rebuscado, que puede ser el único motivo para volver a repetir las misiones otra vez, una vez acabado el juego.

Para eliminar a nuestros enemigos podremos llevar hasta tres armas a la vez, siendo una siempre, nuestra famosa pistola con silenciador P99. El arsenal es muy variado pudiendo encontrar pistolas automáticas, fúsiles de asalto, escopetas, o rifles de francotirador, cuyos diseños nos resultarán muy familiares de otros juegos. El funcionamiento del juego es tremendamente similar a cualquier Call of Duty. Disparar todo lo que podamos, superar sencillos momentos QTE, y escondernos a esperar que nuestra salud se recupere cuando resultemos heridos. Haber encarrilado el juego hacia este género puede asegurar un buen número de jugadores interesados en él, pero también, una competencia casi tan fratricida como la acción que vemos dentro de esos juegos. La campaña de Reloaded no llega al nivel de intensidad de los mejores del género, pero sí consigue entretener lo suficiente para tenernos enganchados durante toda la aventura.

Uno de los peores datos que tenemos que comentar del juego es que, salvo la espectacular introducción del principio, y la chica, pocas características más veremos de lo que todos los aficionados esperamos de un juego de James Bond. No tendremos ni rastro de M, ni de los coches Bond, ni de la famosa melodía típica de 007, y ni tan siquiera de los artilugios propios del agente británico, sustituidos esta vez por un moderno smartphone, similar a los que llevamos todos en el bolsillo. Las cosas que hace a lo mejor nos sorprendieron en su día, hace muchos años, pero hoy en día no parecen muy extravagantes. Asimismo las secuencias cinemáticas no son tan espectaculares, ni frecuentes, como hubiéramos esperado en un juego tan peliculero como éste.

La duración del juego también está en los términos medios habituales del género, y dependerá sobre todo, de la dificultad escogida. En este aspecto podemos comentar que la inteligencia artificial de los enemigos está poco conseguida, y, por ejemplo, muchos de ellos vendrán directamente a nosotros como kamikazes, sin apenas cubrirse, ni preocuparse por nada. Un detalle muy feo, que no nos gusta nada a los jugadores por la falta de realismo que implica. En general la dificultad está más en la cantidad de enemigos, y sobre todo, en nuestra resistencia a sus impactos, que en la propia inteligencia de los soldados.

Uno de los aspectos más curiosos que tiene el juego está precisamente en el nivel más elevado de dificultad denominado 007, que puede jugarse igual que el resto del juego, o en modo clásico. En este modo retro, nuestra salud no se regenera milagrosamente y tiene que recuperarse a base de botiquines, aparte de poder llevar los famosos chalecos salvavidas. Una forma curiosa de comprobar lo difícil que eran antes este tipo de juegos, sobre todo en el espectacular y agobiante final de la historia.

Operaciones Especiales, y multijugador online y offline

El complemento para la campaña es el modo Operaciones Especiales del MI6, un modo de juego muy similar a las Special Ops del Modern Warfare 2 y 3. Se trata de una serie de misiones individuales de varios estilos, eliminación, sigilo, y defensa, que añaden algo más de duración al título, y que destacan en esta ocasión por todas las opciones de personalización que admiten. Desde la dificultad, el daño de nuestras armas, el número de enemigos o el tiempo, todo es altamente configurable, haciendo que estas misiones sean tan fáciles o difíciles como queramos en cada momento. No todas las opciones son tan serias, y por ejemplo, podemos escoger también si queremos que nuestra pistola de munición infinita se transforme en un RPG también infinito, o si queremos activar los muñecos de trapo, una opción divertidísima, que hará saltar por los aires de forma exagerada a nuestros enemigos cuando reciban un disparo.

Si como hemos dicho, el modo campaña puede llegar a compararse lejanamente a los mejores del género, no ocurre lo mismo con el modo multijugador, que realmente es el principal en este tipo de juegos, dada su corta campaña. Aunque es muy variado, y contiene muchísimos modos de juego, alguno realmente original como pistola de oro, en el que únicamente necesitaremos una bala para acabar con el resto de los jugadores, el funcionamiento en general deja mucho que desear. Lento en el matchmaking, con bastante lag, y con pocos jugadores, muchos de los cuales, asiduos al rol de francotirador, este modo no admite comparación con los grandes del género hoy en día, MW3 o Battlefied. Lo más divertido son las amplias posibilidades de personalización de nuestro personaje, ya que aparte de las opciones habituales de armas y equipamiento, podremos seleccionar nuestro aspecto entre uno de los muchísimos personajes de las películas Bond incluidos.

El juego también incluye un modo multijugador a nivel local para un máximo de cuatro jugadores en la misma consola a pantalla partida, consistente en un todos contra todos en alguno de los mapas del modo multijugador. Un modo de juego que no es muy frecuente encontrar, a nivel local, y que nos puede dar para algunos momentos divertidos jugando con amigos en casa, pudiendo cada uno seleccionar a su personaje favorito de las películas.

Técnica Bond

El género de los FPS es uno de los que más han elevado el listón técnico en esta generación de consolas por lo que Goldeneye sufre en la comparación. Si la versión Wii consiguió destacar dentro de su consola, esta versión en alta definición no consigue el mismo efecto. Los gráficos presentan un nivel bastante correcto, dependiendo sobre todo del nivel que estemos jugando. Así los niveles de la jungla sí destacan por su conseguido realismo, con una representación bastante lograda del agua y del fuego, mientras que los niveles que se desarrollan en edificios e interiores son bastante más regulares, apreciándose unas texturas mucho más simples, sin muchos detalles.

El nivel sonoro empieza genial con la nueva versión del tema principal de Goldeneye interpretado por Nicole Scherzinger, vocalista de las Pussycat Dolls, durante la presentación, pero poco más encontramos destacable del resto. El sonido dentro del juego, armas, explosiones, etc., es bastante correcto, sin llegar a sorprender, y sobre todo, echamos mucho de menos, la habitual sintonía de 007.

El juego está totalmente traducido y doblado a nuestro idioma, como es habitual en este tipo de grandes producciones.

Conclusión

No podemos evitarlo. James Bond es gracias a sus Martini, sus chicas, y sus coches, uno de nuestros ídolos de juventud, por lo que siempre acogemos con ilusión sus nuevas aventuras, especialmente en este caso que se trata de un remake de una de sus mejores películas, y, además, de uno de los mejores videojuegos de Nintendo 64.

Goldeneye, nos ha sorprendido, ya que en vez de ser una clásica aventura, se ha redefinido como un shooter, prácticamente el 100%, de su historia. Un shooter notable, entretenido, con algunas gotas de la esencia de Bond, pero lejos de los grandes del género, y del que esperábamos algo más para una ocasión tan especial.