Análisis de Call of Duty: Modern Warfare 3 (PS3, NDS, Xbox 360, PC)

Con 60 imágenes por segundo por bandera
A nivel técnico y tras varios años usando el mismo motor, esta nueva entrega de Call of Duty ha perdido gráficamente gran parte de su impacto. Si bien se nota una cierta mejoría, no es suficiente para que a nivel tecnológico podamos hablar de algo que despunte y se desmarque del resto de títulos vistos en consola (y mucho menos aún de PC). Pero a pesar de ello, todo lo que hace, lo hace bien y conociendo tanto sus propias limitaciones como las del hardware sobre el que trabaja, con dos consolas ya veteranas con unos años a sus espaldas.

Esto significa que volvemos a disfrutar de una tasa de 60 imágenes por segundo que consiguen que el juego vaya como la seda, sin ninguna clase de tirones y que a nivel jugable se nota una barbaridad, donde nuestros reflejos y nuestra habilidad con el mando priman sobre todo lo demás, ya que los controles responden a las mil maravillas a nuestras órdenes. Por tanto, lejos de que el motor gráfico sea más o menos avanzado, que no permita destrucción en los escenarios y que carezca de efectos gráficos sorprendentes, aplaudimos su apuesta por los 60 fotogramas por segundo, algo que no es un mero capricho visual, sino que afecta e incide directamente en la jugabilidad de manera notable.
Visualmente y como ya hemos dicho, puede que no tenga las mejores texturas que hayamos visto ni los efectos de luces más impresionantes, pero cumple con su cometido sobradamente, gracias a un apartado artístico muy cuidado y que nos muestra ciudades de todo el planeta devastadas por la guerra que está teniendo lugar, dejándonos algunas imágenes para el recuerdo. Al mismo tiempo, gracias a la genial puesta en escena, se han conseguido varios momentos realmente espectaculares, y que consiguen que gráficamente estemos ante un juego muy resultón y llamativo. Eso sí, la campaña luce mucho mejor que el multijugador, que sin verse mal este último, no consigue terminar de llegar a los niveles alcanzados en la historia para un jugador. También carece de bugs y fallos gráficos notables, aunque las físicas siguen siendo muy mejorables y ciertos efectos como el del fuego dejan mucho que desear. Así mismo, echamos de menos una mayor interactividad con el escenario, ya que por lo general es bastante estático, como de cartón piedra.
El sonido se ha mejorado considerablemente respecto a entregas anteriores, sobre todo en el apartado de los efectos, resultando mucho más nítidos, claros y contundentes, aunque todavía queda margen de mejora. En cuanto a la banda sonora, nos encontramos con un repertorio de temas de corte épico que se ajustan como un guante a todas las situaciones que viviremos y que nos ayudarán a meternos en la acción. Eso sí, todas las composiciones están un peldaño por debajo del espectacular trabajo que realizó Hans Zimmer en Call of Duty: Modern Warfare 2. Respecto al doblaje, vuelve a mantener un nivel más que notable, aunque hay un par de voces que flojean en comparación con el resto, pero pocas pegas se le pueden poner a este apartado.

Conclusiones
Call of Duty: Modern Warfare 3 es lo que todo fan de la saga podía esperar de él. Un multijugador competitivo frenético y divertido a rabiar con multitud de opciones, modos y desbloqueables, muy pulido y bien acabado. Una campaña intensa que concluye por todo lo alto la historia que comenzó con el primer Modern Warfare hace 4 años, y un modo Supervivencia que nos puede tener enganchados durante muchas horas. Sin embargo, la ausencia de novedades, la repetición de una fórmula usada ya hasta la saciedad (a pesar de que sigue funcionando igual de bien que siempre) y el estancamiento gráfico que padece, hace que la saga de Activision empiece a mostrar ciertos síntomas de agotamiento. A pesar de esto, Call of Duty vuelve a convertirse en una compra obligada para los amantes del género y para todo aquel que busque acción directa y sin descanso para disfrutar durante mucho, mucho tiempo.

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