Análisis de Neon Chrome (PS4, Switch, PSVITA, Xbox One, PC)

Un juego de acción "con dos palancas" –aquellos donde el desplazamiento y el punto de mira se controlan independientemente- adornado con una estética ciberpunk y de los creadores de Crimsonland es como mínimo una garantía de calidad. Y así es Neon Chrome, un divertido shooter sin la genialidad de los mejores exponentes del género pero que esconde más personalización y profundidad que la media de títulos de su competencia.

El mundo que nos presenta el juego es tan interesante como visto. Tenemos una arcología de Neon Corp con forma piramidal que recuerda sospechosamente a la estructura de Tyrel Corporation, y nuestra tarea es hackear el cuerpo de la población que está hibernando para dirigir sus movimientos, llegar hasta el piso más alto y enfrentarse al Overseer. Técnicamente cuando nuestro personaje muere no lo hacemos nosotros, sino la marioneta que controlamos.

Este sistema lo que hace es que a cada partida podamos elegir sujeto de entre tres que se generan aleatoriamente –sus parámetros son un poco diferentes- y es que esa es la principal diferencia frente a otros lanzamientos: la generación procedural en escenarios, personajes y botín. Un aspecto aceptable por el argumento de visitar diferentes localizaciones de la gigantesca torre pero que es un arma de doble filo a la hora de diseñar mapas, como veremos más adelante. Estos personajes sometidos son llamados assets y tienen habilidades propias según su clase, por ejemplo pasar más inadvertidos en las sombras o acompañarse de un dron. La diferencia se nota y hace que el juego sea muy diferente a cada reintento.

Básicamente, nuestro objetivo es eliminar a los enemigos de una planta y pasar al siguiente nivel gracias al ascensor, salvo en alguna ocasión que se necesita cumplir una misión concreta –tipo destruir unos objetivos-. Al pasar cinco niveles se accede a una nueva planta –hay seis- y acceso directo a él; si fallas antes, deberás volver a empezar desde el principio o la prueba más baja de ese nivel.

Puedes mantener mejoras cibernéticas en tu personaje –más salud, subida en el ataque físico, más velocidad- y comprar armas de un amplio arsenal con el dinero que consigues en cada partida. Por tanto, aunque cada derrota cambia completamente la disposición de habitaciones, enemigos y el personaje que controlas en la acción, hay una serie de mejoras que podrás ir acumulando después de cada muerte. Los mismos creadores explican que así incluso un jugador no muy hábil podrá superar el juego tarde o temprano –a costa de necesitar un mayor progreso-.

Una vez elegido nuestro cuerpo entre la gama que se nos ofrece toca explorar el laberíntico plano. Consta de oficinas y salas con una vista cenital, si bien no se trata de un juego de sigilo o muertes instantáneas al estilo Hotline Miami, tampoco es un frenético shooter con intercambio de balas: el ritmo se encuentra en un punto intermedio. Personalmente nos habría gustado algo más arcade en cuanto al movimiento y lluvia de balas, pero se trata simplemente de otro estilo de juego: aquí hay muchos más obstáculos, la zona de combate suele ser estrecha, hay que buscar más los parapetos que la evasión por reflejos.

Uno de sus puntos fuertes de Neon Chrome es la abundancia de interacción con el escenario, no sólo de manera estética. Las mamparas de cristal y determinados muros o bloqueos con escombros se pueden romper para crear un atajo. Tenemos objetos explosivos y minas, así que jugando bien tus cartas puedes barrer todo un grupo de enemigos si aprovechas las trampas a tu favor. La inteligencia artificial es floja y será fácil retroceder a una habitación previa para causar un cuello de botella en las puertas –y machacar así a los incautos rivales que se atreven a cruzar-, pero poder abrir un boquete para atacar por la espalda a robots y soldados da un toque estratégico muy curioso.

El inconveniente de los niveles que no cuentan con la mano de un diseñador –todos excepto los combates contra jefes- para hacerlos divertidos es que dependen mucho de la suerte. Así por ejemplo encontraremos mapas más impredecibles y otros "lineales" –dentro de lo que cabe- que se limitan a recolocar las trampas o artilugios en diferente orden, o una curva de dificultad no muy acertada. La generación procedural sin duda tiene sus ventajas, como es la infinidad de variantes y que en la práctica cada día parezca un juego nuevo, pero ¿cantidad o calidad? Es difícil valorar la experiencia porque cada usuario tendrá su propio recorrido.

Incluye cooperativo local hasta para cuatro usuarios. Sonará un poco a inconformismo porque cuando este tipo de juegos se lanza sólo con cooperativo online hay críticas, y cuando sucede al contrario también. Esto limitará un poco el modo para aquellos que no disponen de amigos cerca dispuestos a jugar justo cuando los necesitan, y de elegir exclusivamente una de las dos opciones nos parece que se saca más partido al juego en red -al menos así es en la mayoría de casos-.

Neon Chrome apuesta por una estupenda banda sonora electrónica, synthwave y retrofuturista. No utiliza música licenciada y no tiene el nivel que podría de contar con los grupos más destacados del revival ochentero, pero bien es cierto que ambienta a la perfección el tono que se busca.

Los gráficos son un poco más discretos. No es el despliegue de efectos al que acostumbra Housemarque o el detalle de Satellite Reign –que sería el juego más similar en cuanto a temática-, y la generación aleatoria ofrece miles –quizás millones- de diseños jugables, pero en lo visual es más monótono que un juego donde se note la mano de un artista. Además, el supuesto estilo ciberpunk se refleja en luces de neón y algún tópico más –pantallas de televisión gigantes, cuando puedes ver el exterior-, pero la limitada temática en interiores y la lejanía de la cámara no luce todo lo bien que podría.

Conclusiones

Neon Chrome está por encima de la media de juego de tiros. Hay muchísima personalización y maneras de jugar según el perfil escogido, y se basa en la repetitividad para obtener mejores aumentos y armas, mientras que el sistema procedural presenta siempre un reto nuevo a cada vuelta.

Si pasas por alto la ausencia de juego online, un apartado gráfico no demasiado espectacular y que no alcanza la velocidad de otros títulos -o las decenas de enemigos simultáneos-, estarás ante un lanzamiento bastante recomendable.

Hemos realizado este análisis con código de descarga que nos ha proporcionado 10tons.