Análisis Dark Souls Remastered: El clasico de From Software mejor que nunca (PS4, Xbox One, PC)

Para conocer todos los secretos de este juego mítico, visita nuestra guía: Guía Dark Souls Remastered: Trucos, consejos y secretos

Hay juegos que por más que pase el tiempo no envejecen y que tienen la sorprendente capacidad de seguir enganchándote durante horas frente a tu consola u ordenador muchos años después de su lanzamiento original, incluso aunque ya te los hayas pasado multitud de veces.

Sin duda, dentro de este selecto grupo incluiríamos Dark Souls, un título que no solo se convirtió en uno de los más importantes e influyentes de la pasada generación, sino que, a día de hoy, siete años después de su estreno original, sigue divirtiéndonos y emocionándonos como la primera vez que nos adentramos en Lordran, tal y como hemos podido comprobar con su esperadísima remasterización.

Remasterizando Lordran

Antes de nada, nos gustaría avisaros de que, al tratarse del mismo juego que ya jugamos en PS3, Xbox 360 y PC hace años, en este texto nos vamos a centrar en el trabajo de remasterización y en los cambios que se han realizado, por lo que si queréis profundizar sobre todas sus virtudes jugables, os animamos a que consultéis el análisis que le dedicamos en su momento.

De este modo, esta nueva versión nos llevará a recorrer otra vez el misterioso y oscuro reino de Lordran para explorar las mismas localizaciones en las que morimos decenas de veces en 2011 y combatir a los mismos y temibles jefes que en tantos apuros nos pusieron.

Todo sigue prácticamente igual, los atajos, el diseño de niveles, los patrones de ataque de los enemigos, la localización de los objetos, las misiones secundarias de los personajes, los pactos... Si os acordáis de dónde están las cosas y de lo que tenéis que hacer, os sentiréis como en casa yendo de un sitio a otro a toda velocidad y adelantándoos a las diferentes trampas que os esperan.

El sistema de combate tampoco se ha retocado, por lo que seguimos estando ante una aventura de acción en tiempo real y rol muy desafiante (que no imposible) en la que los errores se castigan duramente, obligándonos a andarnos con cien ojos y a ser muy pacientes, esquivando y bloqueando mientras esperamos el momento adecuado para atacar con cierta seguridad y evitando el contraataque, todo ello mientras gestionamos nuestra barra de energía para no quedarnos vendidos en el peor momento posible.

Quizá, a día de hoy, los combates se notan un poco más toscos y lentos si venimos de jugar a sus secuelas, aunque es algo a lo que nos acostumbraremos rápidamente tras un rato jugando. Entendemos que aquí no se podían hacer demasiados cambios, ya que habría supuesto tener que hacer multitud de modificaciones en las animaciones y patrones de los enemigos, algo que iría en contra de la experiencia original y que podría haber estropeado un conjunto que sigue funcionando a la perfección. Lo que no nos habría parecido tan mal es que se hubiesen retocado las cajas de colisiones, las cuales siguen siendo un tanto extrañas.

A pesar de todo, sí que hay algunos cambios menores que se han realizado para hacernos la vida un poco más cómoda. Por ejemplo, ahora tenemos la posibilidad de escoger la cantidad de objetos consumibles que queremos utilizar de una sola vez, por lo que se acabó eso de tener que utilizar las almas una a una. También contamos con un comando rápido para acceder al primer ítem de nuestro inventario, y las hogueras han añadido una nueva función para permitirnos cambiar de un pacto a otro siempre que queramos y sin necesidad de ir al mentor del mismo.

La parte jugable que más cambios ha recibido ha sido el multijugador, el cual ahora amplía su número de jugadores de cuatro a seis (cuatro aliados y dos invasores). Algo que nos ha parecido muy inteligente por parte de FromSoftware ha sido dejar esta nueva cifra como algo totalmente opcional, por lo que si queremos disfrutar de la experiencia multijugador original simplemente nos bastará con no usar el Dedo Reseco, un ítem que ahora puede comprarse al principio del juego por apenas 2.000 almas. Eso sí, su función principal no ha cambiado, por lo que su utilización también implica propiciar que seamos invadidos.

Este aumento en el número de jugadores es algo que también ha tenido su impacto en la Arena de Oolacile, por lo que ahora también podremos disputar duelos de tres contra tres en ella, aunque, por el momento, esta zona sigue sin disfrutar de mucho éxito entre los jugadores, así que encontrar partida en ella puede llevaros mucho tiempo.

Otro añadido muy interesante lo tenemos en el sistema de contraseñas que ya pudimos ver en Bloodborne y Dark Souls III, gracias al cual el sistema solo nos emparejará con otros jugadores que tengan la misma contraseña que nosotros, por lo que jugar en cooperativo con amigos es más fácil que nunca. Ojo, esto también funciona en la Arena de Oolacile, por lo que también nos vendrá de fábula para librar partidas privadas.

El último gran cambio lo tenemos en la implementación de servidores dedicados, algo que mejora enormemente la fluidez y estabilidad de las partidas frente a las versiones originales, especialmente si configuramos las opciones de conexión para que solo nos empareje con jugadores de nuestra región.

Finalmente, nos toca hablar de su apartado técnico y de las diversas mejoras que ha sufrido para hacer que el título sea mucho más disfrutable en lo visual. Para empezar, y como buena remasterización, tenemos un aumento más que considerable de la resolución. De los 720p de Xbox 360 y PS3 ahora pasamos a los 1080p en las versiones estándar de PS4 y Xbox One, mientras que en PS4 Pro y Xbox One X la resolución aumenta hasta los 1800p. Por supuesto, en PC podemos llegar hasta los 4K nativos.

Gracias a esto, tenemos una imagen limpísima y muy nítida que nos permite apreciar con todo detalle el espectacular trabajo artístico que realizó FromSoftware con esta obra. Aprovechando la ocasión, también se ha mejorado el filtrado de texturas, ciertos efectos y el sistema de iluminación. Esto último ayuda muchísimo a la hora de realzar la ambientación, haciendo de los paisajes de Lordran algo todavía más cautivador y evocador.

Eso sí, en líneas generales se ve muy parecido a hace siete años, solo que con muchísima más resolución y determinados efectos mejorados, así que no esperéis grandes cambios, ya que tampoco lo pretende.

La mejora más notable en este sentido la tenemos en su rendimiento, ya que se ha aumentado la tasa de imágenes por segundo hasta los 60 fps estables, algo que favorece enormemente a la jugabilidad (nos permite reaccionar mejor ante lo que ocurre en pantalla y hace que los enfrentamientos sean mucho más fluidos y ágiles), toda una mejora para los usuarios de consola que ya no tendrán que sufrir los frecuentes tirones y ralentizaciones de PS3 y Xbox 360.

Como era de esperar, el sonido no ha sufrido cambios, por lo que volveremos a disfrutar de su épica banda sonora, de sus geniales efectos para crear ambiente y darnos pistas de dónde nos aguardan los peligros, y de su gran doblaje en inglés con textos en español.

Conclusiones

Dark Souls Remastered es, sin duda, la mejor versión que podemos encontrar a día de hoy de esta obra maestra, actualizando lo visual y renovando su multijugador para darle nueva vida y hacerlo mucho más disfrutable que nunca. Por lo demás, poco más nos queda por decir, ya que no solo sigue siendo una aventura imprescindible, sino que vuelve a confirmarse como uno de los mejores juegos de la historia, haciéndonos disfrutar y sufrir a partes iguales con cada paso que damos y recompensando nuestro esfuerzo y dedicación como pocos saben hacer.

Si nunca pudisteis adentraros en Lordran, ya no tenéis excusa para no sumergiros en este apasionante mundo de fantasía oscura, y si ya habéis recorrido el camino del Rey con anterioridad, aquí encontraréis la oportunidad perfecta para disfrutarlo nuevamente en las mejores condiciones posible.

Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para PS4 Pro que nos ha facilitado Bandai Namco.