Análisis de Rhythm Paradise (NDS)

Quizás lo único que se eche en falta es algo más de duración, pues nos hubiese gustado contar con más pruebas. Eso ampliaría el tiempo necesario para terminar el juego (seis series con cuatro retos cada una, más la prueba final, que es una remezcla), y también daría incluso más rejugabilidad. Y decimos que daría incluso más, porque de por sí es una experiencia completamente arcade y, por tanto, un reto por definición. La dificultad no es muy elevada, pero se compensa con una buena ristra de desbloqueables que conseguimos a través de la consecución de medallas, que se nos dan en función de la calidad de nuestros resultados.
Del mismo modo, de vez en cuando se nos dará la oportunidad de intentar conseguir una partida perfecta en un minijuego: hay tres intentos, y bien vale la pena ir a por ello, ya que al ser aleatorio, no sabremos cuándo volverá a suceder.
Como nota curiosa, buena parte de los desbloqueables son otros minijuegos, pero que se descartaron de la selección final… algo así como las escenas eliminadas de la edición doméstica de una película. Se nota que no son tan redondos como los demás, pero ahí están como recompensa, y como modo de añadir más minijuegos.
Visualmente, el juego bebe sin reparos de la saga Wario Ware, con una estética clónica que nos sigue gustando, aunque está claro que ha perdido frescura. Funciona, y sigue derrochando humor y buen rollo, pero quizás hubiese sido deseable buscarle una personalidad más definida a nivel visual. En el campo sonoro no hay nada que objetar: las melodías son marchosas, responden a lo que se demanda, resultan originales y divertidas, y suenan bien. Lo único en su contra son las letras de las canciones, en los poquitos casos en los que hay.
Conclusiones
Los aficionados a los juegos musicales pueden quedarse prendados de Rhythm Heaven, o todo lo contrario, dado lo diferente de su propuesta con respecto a los muchísimos juegos musicales que hay en el mercado hoy en día. Lo cierto es que resulta muy original y sorprendente, siendo una interpretación completamente diferente de lo que es el género, con un carisma también muy especial. Divertido, desenfadado, y con mucho ritmo, su sencillez jugable y su toque humorístico son sus cartas de presentación, más que suficiente como para hacerse un hueco en un mercado cada vez más competitivo y tan difícil en el campo de las consolas portátiles.
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