Análisis Battle Princess Madelyn, un divertido homenaje a Ghosts'n Goblins (PS4, PC, Xbox One, Switch)

Pocos juegos han conseguido acabar con nuestra paciencia y nuestros nervios como Ghosts 'n Goblins, uno de los títulos más icónicos de Capcom, y también uno de los más difíciles que jamás han visto la luz del día. Pero más allá de su extrema dificultad, la aventura del intrépido y veterano Sir Arthur siempre se ha caracterizado por tener una calidad fuera de toda duda, ofreciéndonos una jugabilidad muy divertida y que tenía una facilidad pasmosa para engancharnos y animarnos a intentarlo una y otra vez, por más vidas que perdiésemos.

Han pasado ya muchos años desde que viese la luz por primera vez en las recreativas de 1985 y tratándose de un juego tan mítico, no resulta de extrañar que de vez en cuando recibamos algún lanzamiento que busque seguir su misma fórmula y homenajear una forma de hacer videojuegos que se ha ido perdiendo.

El ejemplo más reciente y famoso que tenemos de esto es Maldita Castilla, aunque ahora le toca el turno a Battle Princess Madelyn, una producción muy interesante que recupera la esencia de este clásico y que consigue sobreponerse a sus defectos para entretenernos y ofrecernos un reto a la antigua usanza.

Las desafiantes aventuras de la princesa guerrera Madelyn

Como podréis intuir por esta introducción, nos encontramos ante una aventura bidimensional de acción y plataformas en la que tendremos que avanzar por una serie de niveles disparando proyectiles sin parar mientras los enemigos nos atacan desde todas las direcciones posibles e imaginables. Y todo ello mientras sorteamos decenas de trampas y secciones plataformeras en las que tendremos que ajustar al milímetro nuestros saltos.

Nosotros encarnaremos a la valiente Madelyn, una princesa de armas tomar que tendrá que recorrer un mundo de fantasía repleto de siniestras criaturas para así salvar a su reino y a su familia.

Algo que nos ha llamado mucho la atención es que el título cuenta con dos modos bien diferenciados: Historia y Arcade. La base es la misma en los dos (acción sin descanso y mucho plataformeo), aunque la estructura cambia considerablemente de uno a otro, ofreciéndonos dos experiencia muy distintas que, por desgracia, tampoco comparten la misma calidad.

En lo que respecta al Modo Historia, en él nos embarcaremos en un viaje con una narrativa más elaborada y desarrollada que cuenta incluso con secuencias de vídeo. En vez de encontrarnos con una sucesión de niveles, aquí disfrutaremos de un mapa más abierto y con todas sus zonas interconectadas al más puro estilo Metroidvania que iremos abriendo poco a poco a medida que vayamos consiguiendo nuevas habilidades, animando también a que hagamos algo de backtracking para encontrar secretos que eran inaccesibles la primera vez que los vimos.

El problema es que esta estructura no termina de funcionar bien con una fórmula jugable tan arcade y frenética como la que quieren ofrecernos, lo que hace que la exploración se vuelva un tanto tediosa, con tramos muy aburridos que pueden hacerse bastante pesados de patear una y otra vez. Por culpa de esto, el juego no consigue invitar a la exploración y lo único que buscaremos será avanzar sin preocuparnos por los secretos que nos hayamos podido dejar.

El diseño de niveles también se ve muy afectado por ello, ya que intenta abarcar más de lo que debe para ofrecernos un mapa grande e incluso con algunos puzles. Al final, esto se ha traducido en secciones alargadas de forma artificial y que repiten la misma disposición de elementos, trampas y peligros una y otra vez, perdiendo rápidamente la frescura y la capacidad para sorprender y ofrecer algo nuevo cada vez que haga de cada zona una experiencia única. Y todo ello por no hablar de la ingente cantidad de saltos de fe que tendremos que dar al no poder ver la plataforma en la que queremos aterrizar antes de saltar, un error de diseño muy básico y que se repite constantemente a lo largo de toda la aventura.

Para darle algo más de vida a todo esto, se han incluido varias misiones secundarias y poblados en los que interactuar con sus habitantes, aunque estas partes son tan básicas y están tan mal llevadas que no contaremos siquiera con un registro donde comprobar los encargos que nos hagan, ni nos indicarán de forma clara que ya hemos completado los objetivos que nos habían pedido.

Sin embargo, donde sí que consigue brillar es en su adictivo Modo Arcade. Olvidaos de grandes mapas para explorar, de hacer backtracking, de conseguir habilidades para progresar, de aceptar encargos secundarios y de secuencias de vídeo que os narren la historia. Aquí todo se resume en superar una serie de niveles muy lineales yendo desde A hasta B mientras intentamos no morir en el camino.

Como decimos, es en esta modalidad donde su fórmula jugable encaja, ya que al tener una estructura más cerrada y concentrada, sus desarrolladores han podido crear fases mucho mejor diseñadas cuyo único objetivo es poner a prueba nuestras habilidades con el mando sin tener que recurrir a trucos baratos, como secciones repetidas o saltos de fe.

Cada tramo del Modo Arcade nos ofrece algo nuevo y diferente, y los enemigos están genialmente colocados, resultando en una aventura muy variada y entretenida que nos lo ha hecho pasar en grande de principio a fin. Y si nos matan todas las vidas, de vuelta al principio de la pantalla en la que estuviésemos.

Obviamente, se trata de una modalidad mucho más corta y difícil que puede completarse en cuestión de una hora y que no deja guardar la partida, aunque nos lo hemos pasado muchísimo mejor con ella que en las ocho horas que nos ha durado el Modo Historia.

A nivel gráfico estamos ante un juego muy conseguido y con un elaborado pixel art: personajes bien animados, escenarios repletos de elementos y muy detallados, enemigos grandes, reconocibles y tratados con mucho mimo, y un diseño artístico muy bueno que nos transporta de lleno a este fantástico y peligroso mundo.

El sonido también nos ha gustado mucho gracias a una banda sonora repleta de temas muy pegadizo y movidos con un toque épico que ambientan a la perfección nuestras andanzas, y que además podemos escuchar con un estilo chiptune u orquestal. Los efectos también cuentan con un buen nivel, siendo muy variados y reconocibles.

Conclusiones

Battle Princess Madelyn es un buen juego de acción y plataformas que no duda en beber de un gran clásico como Ghosts'n Goblins para ofrecernos una aventura tan nostálgica como desafiante y satisfactoria en su Modo Arcade. Por desgracia, su Modo Historia no está a la altura al intentar abarcar más de lo que debe, y ciertas decisiones en su diseño son, cuando menos, cuestionables. Sin embargo, y a pesar de todo, al final consigue lograr su objetivo de divertir y entretener, por lo que no dudéis en darle una oportunidad si os atrae lo que propone.

Hemos realizado este análisis en su versión de Xbox One con un código que nos ha proporcionado PR Hound.